En Cali se dice que el permiso de Juan Carlos Martínez poco o nada tiene que ver con las complicaciones médicas de su esposa, Nelly Bonilla. Su prioridad es la política y el exsenador no está dispuesto a sacrificar el poder que ha conseguido en el Valle del Cauca y los departamentos del Pacífico colombiano, como Nariño y Cauca. En las elecciones de hace cuatro años la moñona fue total: Juan Carlos Abadía en la gobernación y 16 alcaldes municipales de su movimiento.
Martínez podrá perder fuerza esta vez, pero no piensa dejarse derrotar. La Gobernación es su premio gordo. Héctor Fabio Useche, candidato por el Movimiento de Inclusión y Oportunidades MIO, quien fue el Secretario de Salud del gobernador Juan Carlos Abadía, es su primer as bajo la manga.
En Buenaventura, donde Martínez ha vivido los gozosos y los dolorosos (allí despegó electoralmente, pero fue también en el puerto donde la Corte obtuvo las principales pruebas sobre su vínculo con el paramilitarismo), aspira a que su candidato Héctor Copete reemplace a su socio, el actual alcalde, José Félix Ocoró. Copete cuenta con el aval de Cambio Radical, pero es la apuesta de Martínez, cabeza visible de los Partidos PIN y el Movimiento MIO (una especie de híbrido entre el desaparecido ADN y Convergencia Ciudadana). Ganar Buenaventura es tan importante como repetir en la gobernación del Valle.
Francisco Castro. Miguel Motoa.
El municipio de Jamundí también está en su mira. En ese municipio, los actores políticos dicen que el hombre de Martínez es Jaime Andrés Penilla, quien cuenta con el aval de las Autoridades Indígenas de Colombia (AICO).
Tuluá no es la excepción. Allí aspira Luis Bernardo Hoyos, que aunque tiene origen en el Partido Conservador, recibió el aval de Afrovides. Martínez también lo apoya, como lo hace con Miguel Motoa en Palmira, el padre del Senador Carlos Fernando Motoa, quien cuenta con el aval de Cambio Radical.
En Cartago el escogido es Juan Eccehomo Calimán Pabón, por el PIN.
En el Cauca el candidato que cuenta con su respaldo para la gobernación es Francisco Castro, que está avalado por el Movimiento MIO, mientras que el hombre suyo para la alcaldía de Popayán es Diego Llano, inscrito por Cambio Radical.
Luis Bernardo Hoyos. Héctor Copete. Jaime Andrés Penilla.
Como si fuera poco, el nombre del exsenador suena con insistencia en las candidaturas a la alcaldía de Pasto Germán Rodríguez, que aspira por el PIN, y en la de Andrés Velasco Apraez, quien lanzó su candidatura por el mismo Partido a la gobernación de Nariño.
La estrategia claramente es de alianzas y con candidatos de Cambio Radical, lo cual sí evidenciaría una pérdida de influencia electoral en la región, porque Martínez logró imponer en las urnas, en las elecciones de 2007, 16 candidatos de su propio partido, ADN. Lo que está en juego no es de poca monta y por eso su insistencia en conseguir el famoso permiso de 72 horas que le fue concedido por un juez de Barranquilla. En política se cumple más que en cualquier otra actividad el adagio popular de que la cara del santo hace el milagro. Y Martínez lo sabe.