Una cosa es atacar a “la guerrilla” y otra muy distinta ser mencionado por el jefe de las FARC, alias ‘Timochenko’, lo cual quiere decir estar en la mira de sus fusiles, y responderle sin miedo, retarlo y mandarlo al diablo.
Eso acaba de hacer el periodista Herbin Hoyos, director del programa ‘Las Voces del Secuestro’ y promotor de una gran caravana de motociclistas por la libertad de todos los secuestrados.
“Para empezar, entréguele al país la lista completa de secuestrados civiles en su poder, libere a los secuestrados que faltan, díganos dónde están los desaparecidos y deje de lavarse las manos, no evada responsabilidades que la historia de las Farc ya está escrita con mucha sangre de colombianos inocentes”, responde el periodista empuñando su única arma, el micrófono, ante una referencia que hizo el jefe guerrillero de que Hoyos está engatusando a los familiares de los secuestrados y al país.
Yo conozco el valor civil y la valentía de Herbin. Soy amigo y padrino, además de paisano. Se casa con una musulmana (ahí estuve entregando unas joyas para completar la dote respectiva). Obviamente se separa porque Herbin no es persona que admita el más mínimo control ni horario.
Tampoco era fácil para ella convivir con un tipo que tiene como mascotas a “cuatro niñas” que adora y consiente como a sus hijas: una anaconda de 4 metros, una boa que ya no cabe en el apartamento, una coral y otras dos serpientes importadas, de presencia tan miedosa como las anteriores.
Herbín, como las serpientes, tiene sangre fría. A diferencia de Héctor Mora, viajero del mundo, mostrando lugares turísticos, Hoyos busca en el mapa dónde hay una guerra para cubrirla. Y mientras más fiera, mejor. Por esa razón ha estado a punto de no regresar. De una de las últimas retornó irreconocible, después de ser torturado.
Me consta que rechazó ser Jefe de Redacción de Caracol y prefirió seguir con su programa ‘Las Voces del Secuestro’ y ‘Colombia Universal’, que se transmiten los sábados y domingos a la media noche, cuando –pensaría uno– nadie escucha.
Herbin Hoyos encabezó una caravana en la marcha contra las Farc del 6 de diciembre de 2011.
Sin embargo, esos dos programas lo han convertido en figura mundial y por ellos ha recibido los más grandes honores concedidos a los periodistas en el mundo. Uno reciente en España “por su lucha por la libertad y la convivencia”.
Hoyos es tajante: “Mi posición siempre ha sido radical contra ellos. En eso no soy tolerante ni neutral. Estoy convencido que el secuestro no concede neutralidad. Eso sería darles la mitad de la razón a los secuestradores, y no la tienen”.
Conoce todos los vericuetos del problema y es una autoridad en la materia, porque no se ha limitado a registrar estadísticas ni a transmitir saludos. Es un investigador nato, profundo, arriesgado, que rompe esquemas y no traga entero, como lo proclama en uno de sus programas.
Dios quiera que no se vaya a desplomar con otro insólito hobby: el parapente. Algo así como volar en una bicicleta (se traslada a la Costa, a Pitalito, al Putumayo), unas veces montado y otras veces colgado, saludando las nubes.
En referencia y respuesta a los comentarios de ‘Timochenko’, Hoyos Medina me dijo lo siguiente:
“Jamás he tenido conocimiento de la ubicación de los campamentos, no paseo por zonas de las Farc y menos aún, cuando por ellos me tocó abandonar el país. Como periodista y como colombiano conozco las zonas de mayor influencia de los diferentes grupos armados. Para todos es conocido que el Catatumbo, Putumayo, Caquetá, Huila, Guaviare y Meta, entre otras regiones, son bodegas de secuestrados.
Por eso diseñamos la Caravana pasando por esos departamentos; pero como la infamia no tiene límites, ahora desde su campamento ubicado al parecer en la frontera entre Colombia y Venezuela (mes y medio después de la masacre) ‘Timochenko’ quiere justificarse frente a la opinión nacional e internacional por el crimen cometido, aduciendo que por el hecho de que la Caravana pasaría por regiones cercanas, sabíamos de la operación y por referencia, somos provocadores culpables de la masacre de los secuestrados.
En unos pocos párrafos –que le tomo más de 40 días escribir y que tal vez fueron corregidos en algún apartamento de un asilado de las Farc en Europa– se envalentona contra la Caravana y contra mí y adicionalmente quiere hacerse ver como estudioso, historiador, dogmático y analista de la situación del país, planteando soluciones e ilusamente proponiendo la creacion de un nuevo Caguán.
Pareciera que ‘Timochenko’ está ido de la realidad o cree a los colombianos idiotas sin memoria. Y aunque se nos olviden muchos horrores, masacres, ataques, desapariciones, reclutamiento de menores y secuestros cometidos por las Farc, el país no va a olvidar nunca que el Caguán fue el campo de concentración de secuestrados, donde familiares desfilaron con las fotos de sus seres queridos para ir a suplicarles que los devolvieran o se quedaron en la miseria cuando los obligaban a tomar las trochas para llevarles maquinaria pesada como una volqueta, un bulldozer, una moto niveladora, un cargador de tierra, motores para lanchas o en su defecto, obligados a cargar clandestinamente tulas con miles de millones de pesos para pagar la tortura y el horror de cientos de compatriotas que nunca volvieron a la libertad. ¿O será que podremos olvidar también todas las pescas milagrosas? Las tomas a poblaciones donde dejaron cientos de víctimas civiles, militares mutilados y en ocasiones, antes de irse del pueblo para amedrentar e imponer aun más terror en la población, jugaban fútbol con las cabezas de policías como pasó en el Tolima…?
En su última carta, 'Timochenko' propone crear un nuevo Caguán.
!Colombia no va a volver a repetir ese horror, Sr. ‘Timochenko’...!
La Caravana por la Libertad es el comienzo de un despertar social, civil y pacifico en Colombia que –así como la primavera árabe– se va a quitar de encima el horror de las Farc y de los demás grupos que extorsionan, secuestran, asesinan y desaparecen a población indefensa.
Es la primera vez que en nuestro país surge un grupo movido por la esperanza en la libertad de los secuestrados, partiendo de NO seguir siendo indiferentes. La Caravana es un grupo de colombianos del común que paso de la motivación a la acción y decidió llegar a las más altas instancias como el Parlamento Europeo, Francia, Bélgica y Roma en busca de lograr que el Secuestro, –cuando esté relacionado con tráfico internacional de armas, drogas y terrorismo–, sea tipificado como Crimen de Lesa Humanidad y también que en el mundo se les identifique y conozca por sus actos, por lo que son –secuestradores– que ahora enfrentan a una sociedad completa, desarmada pero con el valor civil suficiente para exigirles que liberen a los cautivos ya.
Ustedes me secuestraron hace casi 18 años y desde allí nació mi convicción de luchar contra este flagelo, acompañar a las familias de los secuestrados con la única arma que tengo en mis manos: un micrófono, y lo único que aprendí a hacer, radio. Este trabajo me ha permitido conocer por dentro el drama de más de 17 mil víctimas, siendo la mayoría de las Farc. Por esas razones, por mi sentido de pertenencia a esta patria, como periodista investigando cientos de casos de secuestros y desaparición, por conocer desde la cátedra el pensamiento comunista, marxista, leninista y saber que entre sus bases formativas tienen como estrategia la extorsión, la falsedad, la suplantación, la mentira y el engaño. Por todo eso creo que Colombia debe dejar a un lado el miedo. Hemos despertado y por eso exigimos como sociedad civil que liberen a todos los secuestrados y nos digan dónde están los desaparecidos para recuperar sus restos.
Sr. ‘Timochenko’: usted tiene una oportunidad histórica liberando a los secuestrados como preámbulo a un proceso de negociación con el Gobierno donde la sociedad civil va a ser la que apruebe los acuerdos y donde la responsabilidad que adquieran, va a ser con el pueblo Colombiano”.