Donald Trump es sin duda un hombre exitoso, el hecho de haber llegado a la presidencia de Estados Unidos así lo demuestra, sobre todo si se tiene en cuenta que no tenía ninguna experiencia política y que jamás había ocupado un cargo público, pero su fama de empresario multimillonario le sirvió para ganar las elecciones y es ahí donde radica su poder, en que su nombre se asocia a una gran fortuna y no mucho a sus 4 quiebras.
Una de las expresiones favoritas de Trump es “yo soy muy rico” y así se lo hizo creer a quienes lo llevaron a la presidencia de su país. Efectivamente lo es, pero no como él pretende hacerlo ver. No figura siquiera entre los 300 hombres más adinerados del mundo, según la revista Forbes
Cuando en junio de 2015 anunció que se postularía para ser el candidato del partido Republicano, sus colaboradores reportaron que su capital ascendía a 10 mil millones de dólares.
La revista Forbes publicó ese mismo año la lista anual de los más ricos del mundo y lo ubicó en el puesto 324, con una fortuna de 4 mil 500 millones de dólares. Pero el mito de que se trataba de un candidato multimillonario que sacaría al país de la bancarrota en la que, según Trump, lo dejó Barack Obama le funcionó.
Otro de los mitos sobre el “exitoso hombre de negocios”, que estaba preparado para enderezar la economía, es que se trataba de un eterno ganador que había construido un imperio con un millón de dólares que su padre Fred Trump le había prestado.
El cuarto hombre más rico del mundo, Warren Buffet, que éste año 2020 ocupa el cuarto lugar en la lista Forbes, con un capital de U$ 67.5 millones de dólares, es uno de los empresarios que más ha combatido a Donald Trump desde la primera campaña hasta hoy y asegura que Trump no es un trunfador en los negocios.
Buffet conoce muy bien la trayectoria financiera del presidente y sostiene que en 1995 con el discurso de que era un ganador convenció a muchas personas a que invirtieran en su empresa Trump Hotels & Casino Resorts y al cabo de 10 años las pérdidas dejaron a los inversores descapitalizados, mientras que él obtuvo U$44 millones en compensación.
Fortuna desde la cuna
El presidente de Estados Unidos es millonario desde su nacimiento, su padre Fred Trump dedicó su vida al negocio inmobiliario, construyendo viviendas para personas de bajos recursos en Nueva York y logró amasar una gran fortuna que fue traspasando a sus hijos a lo largo de su vida.
Los padres de Donald Trump, Frederick Christ Trump tenían sangre europea, él alemana y su esposa Mary Anne MacLeod era inmigrante escocesa.
El jefe de la familia se enriqueció construyendo viviendas para personas de medianos recursos. En tiempos de la Segunda Guerra Mundial hacía maromas con el financiamiento del estado para estos estratos al construir conjuntos habitacionales por debajo del valor del subsidio para quedarse con una buena tajada.
A su lado el hijo mayor aprendía sobre el negocio y cómo reconocer las oportunidades para usarlas en beneficio propio.
Gwenda Blair autora de la biografía Los Trump en la que revela cómo se construyó la riqueza de la familia construyendo vivienda de bajo costo, para pasar a levantar lujosas torres y casinos que llevaban la marca de su apellido, describe con lujo de detalles la personalidad de Fred Trump y el orgullo que sentía de su hijo a quien catalogaba como el rey Midas.
"Fred Trump nunca dejó de aprovechar una brecha fiscal y Donald estaba a su lado, aprendiendo", Gwenda Blair, en la biografía “Los Trump.”
Fortuna inflada
El diario The New York Times realizó una investigación sobre los orígenes de capital de los Trump, que le tomó a tres periodistas especializados, David Barstow, Susanne Craig y Russ Buettner, un par de años para llegar a fondo de los movimientos que hacían el jefe de la familia y sus hijos.
El mandatario negó a través de sus abogados las denuncias del poderoso diario y en mayo de este 2020 lo demandó por injuria y calumnia.
Entre las cosas que reveló el diario se destacan los montos de los préstamos de Fred Trump a su hijo Donald, que ascendieron no a un millón de dólares, sino supuestamente a 60.7 millones de dólares (el equivalente a 140 millones de dólares en octubre de 2018) girados a lo largo de los años. El hoy presidente aseguran los periodistas del NYT "nunca pagó la deuda."
No hay ninguna ley que obligue a los candidatos presidenciales o a los presidentes a publicar su declaración de impuestos, pero todos lo han hecho a partir de finales de los años 60. Desde Richard Nixon, la única excepción era Gerald Ford, que publicó sólo un resumen y no sus impuestos completos y ahora Trump quien se ha negado rotundamente a hacerlo.
De sus pagos de impuestos solo se conoce la declaración de 2005 en la que consta que pagó 25% de sus ingresos y fue filtrada a una cadena de televisión cuando arrancó su aspiración presidencial en 2016.
A raíz de las denuncias hechas por NYT en 2018, el hermano del presidente, Robert Trump, en una comunicación pública negó la versión de que habían evadido obligaciones fiscales: “Todas las declaraciones de impuestos apropiadas por donaciones e impuestos estatales fueron presentadas y los impuestos requeridos fueron pagados”.
El imperio crece
Las ramas del negocio
Fred Trump sentía gran orgullo por la mente financiera de su hijo y la visión para los negocios y aseguran quienes han escrito sobre su familia que con su heredero cumplió el sueño de que su apellido lo llevaran torres de grandes proporciones y se le cumplió con varias, entre ellas la Trump Tower en el corazón de Manhattan.
Eln manos de Donald Trump el negocio de la familia creció más allá del mercado inmobiliario. Entre los más reconocidos están: Trump Hotels, & Casino Resorts, bebidas alcohólicas, restaurantes, Aerolíneas como la Trump Shuttle, que perdió en una de sus quiebras, equipos de Fútbol Americano, concursos de belleza como el de Miss Universo y además es accionista, en baja proporción en empresas de tecnología
La jugada maestra del magnate fue la de entrar a competir por la presidencia de Estados Unidos, lo que benefició a sus negocios. entre enero de 2015 y mayo de 2016 incrementólos ingresos de sus empresas en US$190 millones, sobre lo alcanzado entre enero de 2015 y mayo de 2016.
Cuatro descalabros
Además de construir grandes complejos inmobiliarios y turísiticos a Donald Trump lo atraen los negocios e casinos, siente debilidad por los aviones y los yates. Mucho de esto lo perdió en cuatro quiebras. Estas son las cuatro por las que tuvo que pasar:
En 1991 la Trump Taj Mahal, se quebró y perdió la mitad de su propiedad, su yate y la aerolínea Trump Shuttle
En 1992 se declaró en bancarrota en Trump Castle Associates, empresa de casinos en Atlantic City. en ésta oportunidad debió entregarle al banco acreedor la mitad de la propiedad del Trump Plaza Hotel en Nueva York,pero retuvo su participación en los casinos.
En 2004 la quiebra fue para Trump Hotel & Casino Resorts, entonces le solicitó al tribunal de bancarrotas pagar la deuda con varios casinos de Atlantic City y con la venta de una embarcación fluvial en Indiana.Logró pagar U$ 500 millones de dólares a sus acreedores.
Trump Entertainment Resorts, se declaró en bancarrota en 2009, por el no pago de bonos por valor de U$ 53,1 millones de dólares.