La llegada de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, a Taipéi, capital de Taiwán no cayó nada bien en China. Este conflicto provocó incluso que la potencia asiática desplegará todo su poder bélico para demostrar de qué están hechos.
En días pasados el mismo presidente de China, Xi Jinping, advirtió a su homólogo norteamericano lo que podría acarrear una visita de un funcionario estadounidense a la pequeña isla ubicada al sur de China continental. “No juegue con fuego. Aquellos que juegan con fuego perecerán”, le dijo el mandatario chino a Biden.
No obstante, esa advertencia pasó desapercibida en Estados Unidos y la visita de Pelosi a Taipéi se concretó este martes, en medio de la expectativa por la reacción de Pekin.
Como era de esperarse, el gobierno chino desplegó un entrenamiento militar, con ejercicios de fuego real, en inmediaciones a Taiwán. Además, anunció un despliegue más robusto a partir del próximo 4 de agosto.
¿Cuál es el conflicto entre China y Taiwán?
Si bien Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas formales con Taiwán, considera la cercanía con la isla como una “relación sólida”. Incluso el presidente Joe Biden señaló hace poco que su compromiso con la isla es “sólido como una roca”.
Esto ha sido interpretado por Xi Jinping como una intromisión de Estados Unidos en el conflicto que tiene China con la isla y también como el visto bueno de parte del país norteamericano a una posible decisión de Taiwán de irse en contra de China y sus deseos de anexarla al continente.
Para China, Taiwán es un territorio que se ha declarado rebelde, a pesar de pertenecerle. Según las autoridades chinas, en los archivos de expediciones que datan del 232 A.D Taiwán aparece como territorio suyo.
Durante el siglo XVII residentes de China continental comenzaron a migrar a Taiwán huyendo de los problemas políticos y económicos de ese entonces.
Y es que Taiwán ha sido administrada en varios periodos por las dinastías chinas, incluida la de Qing de1883 a 1895. Además, también hizo parte de Japón en 1895 tras la victoria de los nipones en la guerra sino-japonesa.
Después de la segunda guerra mundial y tras la derrota de Japón, la Republica de China volvió a controlar la isla, incluso con el consentimiento de Estados Unidos.
Pero la guerra civil china entre Chiang Kai-shek y Mao Zedong provocó que un grupo de personas en contra del régimen comunista se refugiaran en Taiwán. Desde la isla, Chiang proclamó la República China en ese territorio.
Años después, cuando Chiang Ching-kuo, hijo de Kai-shek, llegó al poder, Taiwán implementó una serie de transformaciones políticas para democratizar la isla.
Además, con la llegada del denominado “padre de la democracia” de Taiwán, Lee Teng-hui se consolidaron los cambios constitucionales que los diferenciaron del régimen comunista de China continental.
En medio de esas diferencias, China optó por aplicar la misma fórmula que implementó con Hong Kong, la cual se resumen en el lema “un país, dos sistemas”. Con esto, Taiwán tendría su propia autonomía, pero no aceptó.
Desde ese entonces, Taiwán ha elegido a sus propios gobernantes, formado sus propias tropas militares, esto a pesar de haber tenido un sistema de partidos en el que participan agrupaciones a favor de la unificación con China.
Desde comienzos de este siglo, Taiwán ha tenido gobernantes independistas, como Chen Shui-ban y la actual presidenta Tsai Ing-wen, lo cual provocó que en 2005 China aprobara la ley antisecesión, la cual faculta a la potencia asiática a implementar "medidas no pacíficas" contra Taiwán si llegaba a independizarse oficialmente.
La actual mandataria de la isla pertenece al Partido Democrático Progresivo (DPP), que se ha mostrado históricamente a favor de una independencia formal de China.
Es por eso que a la potencia asiática le preocupa un apoyo de Estados Unidos a Taiwán, bien sea político o militar, para hacer realidad la independencia formal de Pekín.
Los vientos de guerra no parecen mermado con la invasión de Rusia a Ucrania; antes bien, parecer haberse exacerbados en pleno siglo XXI.