Una caja registradora, una calculadora, un trapo rojo húmedo y un lápiz, hacen parte de los elementos de trabajo de Manuel Bolívar, un excombatiente de la antigua guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) que fue firmante del Proceso de Paz.
Atrás quedaron las botas pantaneras, el fusil y el camuflado; en el pasado quedó la clandestinidad, los recorridos largos por las selvas colombianas y las noches de lluvia en los campamentos. En la actualidad Manuel se viste de jean, tenis, camisa y utiliza una gorra. Y aunque su pensamiento y sus convicciones puedan seguir sujetas a ideologías de corte marxista o leninista, sabe hoy que su revolución es a través del trabajo social, la palabra y el servicio.
Ubicado en la calle 36 con número 17, cuatro cuadras abajo de la Avenida Caracas y de la estación de Transmilenio Calle 34, se encuentra Cervecería Casa Alternativa, una propiedad esquinera y de tres pisos. - “Bienvenidos a esta casa de la paz”, Dice a la entrada del establecimiento Manuel Bolívar.
Así fue el recorrido por la Cervecería Casa Alternativa:
Restaurante, bar, cultura y paz: un lugar armónico
Lo que empezó como un producto cervecero llamado Cerveza Alternativa, que tuvo la colaboración de los productores de la cerveza ‘La Roja’, que también son ex combatientes, nació Casa Alternativa, una propuesta gastronómica y cultural, que más allá de vender un cerveza o preparar un plato de comida, ofrece una experiencia.
Este proyecto que lo lidera Manuel Bolívar junto con Johana Posada, también ex combatiente, nació en enero de 2021. - “Nuestra cerveza es una cerveza negra, con una fermentación baja y un sabor achocolatado. Tiene 4.5 grados de alcohol”. Expresa Manuel Bolívar, perteneciente al hoy partido Comunes.
La casa es bastante amplia, en su mayoría tiene acabados en madera. Al inicio tiene una pequeña biblioteca, en el que se ven libros relacionados al proceso de paz, pero también algunos crucigramas, enciclopedias y demás. - “Nuestra librería no va a inducir el pensamiento de nadie”, señala Bolívar mientras muestra un libro de Gabriel García Márquez.
En el primer piso hay un restaurante y una barra con un bar. Los platos que hay son desde almuerzo corriente, hasta comida a la carta. Asimismo hay cervezas nacionales, la que producen ellos (Alternativa) y coctelería.
“No voy a negarte que nos ha ido bien. Afortunadamente ha habido una buena recepción del público; nosotros comenzamos vendiendo cerveza en una nevera y participando en ferias para darnos a conocer, hoy mira lo que hemos podido construir”, manifiesta Manuel, quien agrega:
"Aquí están todos invitados a nuestra casa. Nosotros no solo ofrecemos comida y cerveza. Nuestro espacio es un espacio artístico donde también se realizan actividades de pintura, danza, teatro, exposiciones fotográficas y hasta deporte".
Formación ideológica y vinculación a las FARC
Manuel nació en el municipio de Tabio, departamento de Cundinamarca. Lleva un poco más de 20 años vinculado en primera medida a lo que eran las FARC y luego a lo que es hoy el partido Comunes. Llegó a Bogotá a la edad de 19 años con la ilusión, casualmente, de convertirse en un reconocido periodista.
“De 19 años empecé a desarrollar estudios en Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Santo Tomás. De pequeño junto con mis abuelos escuchaba la radio desde las 4:30 am., veíamos a todo hora el noticiero en la televisión y también leíamos bastante el periódico. De niño me gustaba con primos y amigos jugar a hacer de reportero, hacíamos set de noticias y demás. Así fue que empezó mi gusto por el periodismo”, dice Bolívar.
Manuel solo llegó hasta séptimo semestre, pues es allí en el año 2001, donde decide abandonar sus estudios para vincularse clandestinamente a las FARC - EP. En un principio como célula guerrillera en la ciudad, ya después en el campo y las selvas colombianas.
De manera pausada y con la mirada perdida hacia un punto fijo, como recordando algo que lo hizo feliz, Manuel explica sus razones por las que decide vincularse a la organización guerrillera, partiendo del nacimiento de su rebeldía en su juventud.
“Siempre he llegado a reflexionar sobre la decisión que tomé, no fue algo mecánico de un día para otro. Fue todo un proceso que involucró mis sentimientos hacia la justicia social y muy arraigado profundamente a mis seres queridos, pues mi familia es una familia campesina de extracto muy humilde, que tiene unos valores y una unos criterios respecto al relacionamiento social, al gobierno del país; es una familia que le asigna al trabajo y al respeto por el trabajo un gran valor”, asegura el exguerrillero, quien añade.
“Mi lucha nace por una educación de calidad, la lucha por el respeto a la ciudadanía y todos esos elementos van configurando la posibilidad de que yo en algún momento inicie mi militancia en la Juventud Comunista por allá en el año 1998, después de que inicio mi militancia en la Juventud Comunista, pues adquiero ya unos elementos mucho más rigurosos científicos, metodológicos, de interpretación de la realidad a partir del marxismo-leninismo, lo cual me lleva a que posteriormente, en otro momento de mi vida y de mi lucha política, me vinculé a las fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo”.
Clandestinidad y proceso de paz
Mientras Manuel nos da un recorrido por los pasillos del lugar, también nos va contando detalles de su vida en la selva, nos muestra fotografías de sus “camaradas” y él compartiendo en los campamentos. Dice que lo más difícil de estar vinculado a una organización guerrillera, es la clandestinidad y el alejamiento que tenía que tener con su familia.
“No hay nada más complicado en la vida que alejarse de los seres queridos. Las implicaciones que hay que tener en la configuración de la vida, de romper toda relación cotidiana, porque cuando uno asume una vida clandestina del carácter que se vive y que se vivió en esa época en nuestro país, que era una guerra, había que ocultarse porque tu enemigo en ese entonces te quería eliminar”, comenta el ex combatiente.
Su familia nunca supo en lo que estaba, no podía llamarlos, tampoco visitarlos, fue hasta después que se empezaron a entablar diálogos de paz, que pudo volver.
“La familia de uno nunca sabe y tampoco se hace partícipe de ese conocimiento. Era una medida de seguridad tanto para ellos como para uno, tal vez considero que ellos hubiesen podido intuirlo, pero solo fue hasta después de que el terreno iba dirigido hacia la paz, que pudimos volvernos a encontrar”, agrega Bolívar.
Manuel tiene 45 años de edad, de los cuales 21 han sido dedicados a una visión política y en su momento armada que tenían las FARC. En el año 2005 decide pasar de la clandestinidad en la ciudad al de la selva.
“Por allá en 2005 decidí irme para el monte definitivamente. Me convertí en un guerrillero rural. Tal vez esa experiencia lo asimilo como volver a nacer, porque hay que aprender a comer diferente, a bañarse y a dormir, hasta aspectos básicos como saber caminar, pues estamos hablando de selvas, montes y llanuras. Considero que lo más bonito de aquellas épocas era lo que podía conocer, porque hoy podríamos estar un páramo y mañana en el llano, luego en una sabana”, afirma Manuel.
Sobre el proceso de paz y todo lo que se produjo después con el surgimiento de las disidencias, Manuel es muy cauto.
“Yo fui parte de la delegación que estuvo en Cuba, tenía a cargo las comunicaciones de la organización. Teníamos mucha ilusión todos los colombianos de ver este país en paz, que se dio gracias a la voluntad de ambas partes y en gran medida, al cumplimiento de lo que se había firmado.”, expresa el revolucionario, quien prefiere no referirse al camino que tomó alias ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús y Santrich’ por su condición de militante del partido Comunes.
Su única versión y tras una gesticulación incómoda dijo - “Tomaron una decisión equivocada. Yo y la gran mayoría de los camaradas le apostamos a la paz y no nos arrepentimos, con todo y los múltiples asesinatos de los nuestros. El nefasto gobierno de Iván Duque y su persecución hizo que muchos milicianos retornaran lastimosamente a la ilegalidad”.
Ya en la puerta en la que nos dio la bienvenida y ahora nos estábamos despidiendo, Manuel finaliza: "Tenga la seguridad que nuestro único compromiso seguirá siendo la paz. Creemos en la discusión y la diferencia a partir de la palabra".