Adriana Lucía trae una pinta entre rockera y caribeña. Contesta varias llamadas pues está pendiente de cada detalle de la película que estrenará el otro año en cines: 'Porro hecho en Colombia', el mismo nombre que lleva su nuevo disco, una recopilación de canciones de antaño y otras actuales, entre las primeras se encuentra 'Enamórate como yo' y 'Llegaste tú'. La película narra la historia de gaiteros, cantantes y varios músicos en Córdoba. "Ellos son la base, los que nos permiten estar muy comodamente sentados en este café Oma, mientras hablamos de la música", dice sincera y frentera.
Adriana Lucía, aquella cantante de vallenatos que comenzó a los 15 años, hoy es una mujer mucho más madura. Su música ha dado un giro después de haber sido reconocida por su primer álbum 'Enamórate como yo', el cual fue número uno en todas las emisoras vallenatas de Colombia en 1997. Con los años llegarían las baladas y el porro. En el 2008 la nominaron al Grammy Latino por Mejor Álbum Tropical con el disco 'Porro Nuevo', que lanzó después de cinco años de ausencia en la industria musical.
En este momento regresa con la posibilidad de cantar las canciones que ella misma compone, cosa que también ha hecho para artistas como Marc Anthony y Paulina Rubio.
Es una de las pocas mujeres que ha cantado vallenato, junto con Patricia Teherán, quien murió en el mismo año que Adriana Lucía lanzó su primer disco, y afirma que se siente orgullosa de haberse enfrentado a "un mundo tan de hombres". Lo que más le interesa de ahora en adelante es resaltar la música de su tierra: el porro.
Su papá la retó hace varios años a hacer vallenato y su respuesta fue: 'Eso es para hombres', ¿hoy en día qué piensa de eso?
Yo no me crié dentro de la música vallenata y me parece muy lindo hacer parte de ese género de la música colombiana. En algún momento fui la única mujer cantando vallenatos, en un género tan exclusivo de hombres. Parte de ese reto fue encontrarme con un grupo de vallenateros que me amo tanto. Además pude estar entre Los Zuleta, Jorge Oñate, Omar Geles y Alfredo Gutiérrez, quienes me apoyaron. También me encontré con un grupo de gente más machista, en muchos casos mujeres. Pero al final me dieron la mano y me permitieron entrar en un universo desconocido para mí.
Me honra mucho que mis canciones estén dentro del catálogo de la música vallenata. También eso me llenó de ganas de hacer lo mismo y de luchar por la música de mi tierra: el porro. Aprendí de los vallenateros porque aman su cultura, la defienden y ellos mismos la propagan y la promocionan, cosa que no sucede en otros géneros, donde hay mucha petulancia.
¿De qué manera se sintió el machismo "de algunos"?
Yo siempre quise que me valoraran por la música y no porque que dijeran: 'ah, es que como es mujer'. Si lo hacía así caía en el riesgo de meterme en un lío de género y yo lo que quería era calidad musical. Lo hice con mucho respeto. De pronto me encontré con que yo venía de una cultura en la que se baila mucho y el vallenato no. Me metí a hacer coreografía y a ponerle baile a la cosa y a algunos no le cayó bien, pero a otros sí. Por un lado la disyuntiva de: ‘está maltratando el folclor’ y por el otro me encontraba con gente muy linda que me decía: 'yo nunca he oído vallenato y el tuyo me gusta'.
¿Le hubiera gustado seguir haciendo vallenatos?
Fue un capítulo muy lindo al que siempre voy a estar ligada, y la gente me relaciona con eso. Chévere poder hacer algo más adelante, pero en este momento estoy feliz con la música que estoy haciendo. Este es mi lugar y mi misión.
¿Qué cree que debe pasar para que una mujer triunfe en el mundo del vallenato?
Uno se da cuenta que las mujeres no estamos inmersas en muchas cosas. En la industria pasa mucho. Lo importante es que uno se sienta orgullosa de ser mujer y creo que no hay que posar de hombre para que le vaya bien. Ser uno mismo.
Si te vas a la salsa o al reguetón tampoco hay muchas mujeres, en el pop sí hay muchas más. A la gente muchas veces le gusta lo que ya está hecho y ¿para dónde va Vicente? para donde va la gente. Creo que hay que jugársela. Lo que pasa es que estos procesos son más lentos, más profundos y hay mucha gente en esta industria que no le interesa esperar: quieren todo ya. Lo bueno es que estás sembrando para otros y los demás van a saber que es un trabajo honesto y vas a ver su fidelidad.
¿A qué mujeres admira por haberse hecho un camino en la industria de la música?
A Petrona Martínez y otras cantadoras. En ellas veo una honestidad inmensa, una pasión, no venden canciones, sino que es una cultura completa la que cargan en su música. Son berracas, valientes y cantan lo que viven.
¿Cuál ha sido su cambio desde 'Enamórate como yo' hasta 'La canción más bonita'?
La experiencia debe notarse. Si pasan los años y uno sigue igual, creo que en vano pasaron. Lo personal se debe reflejar en lo musical. Yo me he liberado de ciertos miedos, antes no escribía mis canciones, no me dejaban grabarlas, ahora puedo ser cantautora. También tengo un sonido propio que hemos logrado con los años y mucho trabajo. Siento que el hecho de ser hoy esposa y mamá se refleja en lo que puedo escribir. Al final uno va descubriendo que menos es más.
¿Cuál es la esencia de su disco 'Porro hecho en Colombia'?
Es el más especial de todos porque es un resumen de mi carrera. Estoy festejando 15 años con 15 canciones. Volví a regrabar 'Enamórate como yo, 'Llegaste tú, 'Champeta rosa' y 'Quiero que te quedes', entre otras. Son siete canciones nuevas y siete viejas. Volverlas a hacer con sonido actual es divino, es revivir. El disco, producido por José Gaviria, es completamente en vivo y traje músicos invitados como Juan Sebastián Caicedo, Waldo Madera, Toby Tobón, el 'Capi' Castor, entre otros.
La película que lleva el mismo nombre, ¿cómo va a ser?
Es una película musical que dura 1 hora y 25 minutos. Es un proyecto muy amplio, un sueño cumplido. Llevó 10 años investigando. La rodamos en Córdoba. Es la oportunidad de mostrar personajes anónimos, desconocidos, valiosos para la historia. Hay imágenes que nunca han sido filmadas o documentadas. El centro de todo va a ser la música.Vamos a encontrarnos con el campesino, el negro, el blanco, el sirio libanés, el gitano. Son los que han hecho el colchón de este país, la trocha, para que hoy estemos muy cómodamente sentados en este restaurante del parque de la 93 comiendo muy pinchados.
¿Qué fue lo más especial que encontró sobre esas historias?
Hay decimeros, gaiteros, bullerengueros, tocadores de porro, bandas de músicos, catedráticos, historiadores, de todo. Me di cuenta de que uno siempre pregona que Colombia es el país más lindo por las playas o la vegetación, pero la real fortuna es la gente. En medio del olvido, el abandono, de la nada, o de lo mucho, siguen felices cantando.
Alguna canción que resalta en el disco...
Difícil, pero creo que para mi 'Porro bonito' es muy especial porque la compuso mi papá hace 20 años y tiene que ver con mi infancia.
Su papá tuvo un papel importante dentro de su carrera, ¿cómo la apoyó?
Mi papá es uno de los personajes protagónicos de mi vida. No solo por ser mi papá, sino por habernos apoyado para ser músicos, porque es un soñador que siempre nos vio ahí y nos dio la mano. Mis hermanos y yo le debemos eso.
El porro es un género que la marca, ¿cómo lo define?
No es un ritmo musical sino una forma de vivir, de sentir. Así como en el rock and roll encontramos rockstars hay mucha gente porrostar. El porro muestra la humildad, el resentimiento, la nostalgia y la arrogancia de esas tres razas que lo marcan: indígena, negra y blanca. El porro es todo eso y más. Es mientras las razas se mataban la música se unía y hacia porro. Mientras los instrumentos metálicos de viento llegaron con la banda de guerra, los campesinos de mi tierra hacían música.
¿Cómo ha influido Carlos Vives en su carrera?
Carlos es hermano, amigo, compañero. Antes de hacer este disco me ausenté de la industria de la música y él me trajo de la mano, me dio mucha seguridad y respaldo para iniciar este proceso en el que hoy estoy.
¿Cómo fue esa ausencia de la música?
Fue de la industria, pero no de la música. Trabajé en temas sociales con César López y al lado de las Naciones Unidas en un proyecto trazado en el arte y la música en contra de la violencia en la favelas en Brasil y en Nueva York en eventos de control de armas. La música nunca estuvo en ausencia: viví de ella y eso me permitió volver con un paso firme y sólido.
Usted escribió la canción 'Volver a comenzar' para Marc Anthony , ¿cómo llegó a él?
Esa canción la escribí especialmente para Marc. Me inspiré en lo que oí a la distancia de él: que había pasado muchos altibajos emocionales, pero que ahora está en una etapa muy linda de tranquilidad, de volver a comenzar, como se llama la canción. En eso me inspire y cuando él la oyó sintió que era para él.
¿Cómo es esa faceta de compositora?
Es lo que más me gusta, escribir, que maravilla poder ser yo cantante y cantar lo que escribo, eso me llena de emoción. Cantar lo que uno ha escrito le da mucho más honestidad a lo que canta.
En algún momento usted afirmó que era la reina de la tusa...
Yo he aprendido a aceptar mis derrotas y fracasos con la frente en alto. Creo que hay dolores que uno se puede evitar, pero hay otros inevitables por la cantidad de chichones que uno trae y vacíos que se intenta llenar con todo. La música es una forma de sacarlos y cuando uno lo hace empieza a doler menos. Mi vida obviamente no es perfecta, gasté mucho tiempo buscando el amor, pero Dios ha sido maravilloso y me ha dado la bendición más grande que es mi esposo y mi hijo. Obviamente uno se sigue descachando. 'La canción más bonita' no es para cantarle a la persona que se fue, sino a la que vive al lado, que la embarra y dice lo siento mucho. No es hacer la apología al dolor: todo lo contrario es sacarlo para que duela menos.
Y ahora...
Con mi esposo y mi hijo somos los tres mosqueteros. Salomón es el resultado del amor. Es maravilloso sacar un disco con una familia, aunque toca reorganizar el tiempo, entre entrevista, promoción y grabación uno mete niñera, comida. Todos esos espacios se han reestructurado.
¿Cuál ha sido el momento más duro que ha vivido?
He tenido muchos momentos lindos y duros. Tal vez cuando decidí retirarme de la industria de la música vi que mucha gente no me quería, sino que me necesitaba. Otros me decían: 'se te acabo el cuarto de hora' y yo odio cuando dicen eso porque el cuarto de hora no existe, la vida es larguísima, por eso el reloj es completo. Creo que eso me hizo más fuerte, me siento muy orgullosa de haber luchado por mis sueños, de haberme sido fiel.
¿Durante todos estos años ha contado con un grupo consolidado de fans?
Uno va descubriendo si la gente es fan del género o de uno. En mi caso la gente es muy benévola y me han apoyado en todo: no importa que no cante o lo que sea. Son muy fieles y hemos desarrollado una relación muy íntima y cerrada a pesar de las distancias. Twitter, Facebook, Instagram y todas estas redes sociales han servido para vivir más de cerca y eso es bueno y malo, porque la gente también dice las barrabasadas que se les ocurre sin filtro, pero en mi caso no, yo tengo una relación súper linda con ellos. Me saludan con una familiaridad, pero eso se debe a que se identifican con muchas de las canciones que he cantado y que son situaciones que viví. Algunos si me dicen que vuelva al vallenato, pero hay otros que no.
@JuanaRestreopo87
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