
Carla Giraldo, conocida por su carácter fuerte, autenticidad y carrera multifacética como actriz y presentadora, ha vuelto a sorprender. Esta vez no lo hizo con una actuación o una declaración explosiva, sino con una confesión honesta y cargada de introspección sobre uno de los momentos más controversiales de su juventud: su aparición en la portada de la revista Soho a los 18 años.
En una entrevista concedida a Marie Claire Colombia, la actual conductora del La casa de los famosos abrió su corazón para hablar de lo que en su momento consideró una decisión valiente, pero que con los años terminó siendo una experiencia amarga.
“Me arrepentí de tomar esa decisión, me arrepentí de haber hablado de más, me arrepentí de haber sido tan ingenua”, expresó con una sinceridad poco habitual en el mundo del entretenimiento. Según relata, lo que comenzó como un acto de empoderamiento se transformó en una exposición emocional para la que no estaba preparada.
Carla Giraldo explicó que, en ese entonces, su intención era enviar un mensaje poderoso y disruptivo. “Cuando crees que estás nutriendo a los demás, quieres nutrirlos más y ser mejor que ellos. Y no es para ellos, es para ti”, reflexionó. Pero ese entendimiento, confiesa, llegó demasiado tarde. “Cuando me di cuenta que era para mí, ya se había convertido en para todos.”
Una de las anécdotas más curiosas —y que ilustra el impacto de esa portada— fue la dificultad que tuvo para conseguir un ejemplar. “Tres tirajes sacaron, ¡no me jodas! Fue ‘wow’. Que me la manden a mi casa porque no la tengo, me tocó ir a comprarla y me valió como $200.000 pesos”, dijo entre risas incómodas, dejando ver el contraste entre el éxito mediático y su incomodidad personal.
El relato también incluyó una historia de desilusión personal: la portada estaba originalmente pensada como una sesión compartida con su amiga Verónica Orozco. “Nos íbamos a tomar unas fotos súper sensuales juntas, y al final ella decidió que las hacía con otra amiga. Y salí sola, dándola toda… fue como: ¿qué hice?, ¿por qué lo hice?, ¿en qué momento?”, recordó con nostalgia.
Sin embargo, fiel a su estilo directo, la actriz no se victimiza. Reconoce que fue una decisión tomada desde la inexperiencia: “Era una adolescente, tenía 18 años y cometes errores. Y es como: ya está, vívelo, gózatelo y hazte cargo de tus asuntos.” Con una crudeza que pocos se atreven a compartir, añadió: “Date látigo tú misma porque la portada está en la casa de todos los colombianos.”
El mayor aprendizaje, asegura, ha sido entender el poder del silencio y la importancia de no desnudarse emocionalmente sin necesidad. “Aprendí a callar, a no desnudar el alma”, concluyó.