El Chocó sufre un claro abandono. Según la última encuesta integrada de hogares revelada por el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), cinco de cada diez habitantes que viven en la capital Quibdó son pobres. Por esta razón el municipio es el que tiene el mayor número de personas bajo la línea de la pobreza y de pobreza extrema, es decir, el más desigual de Colombia.
El organismo estadístico dijo que en Quibdó el número de pobres cayó un 1.3 por ciento con relación al año pasado, pero que paralelamente fue la ciudad donde se presentó el mayor aumento de la pobreza extrema al pasar de 14,9 por ciento en 2012 a 17.5 % en el año inmediatamente anterior. Sigue siendo el municipio con las peores cifras en los dos indicadores; si se tiene en cuenta el coeficiente de Gini, que determina la desigualdad, aún se registra en esta parte del país la cifra más alta del total nacional con 0,538.
Andrés Gómez, economista de la Universidad Nacional, sostiene que Quibdó cuenta con una de las mayores tasas de informalidad pues más del 84 por ciento de sus habitantes se emplea de manera indirecta y en condiciones laborales que no son óptimas, un dato ligado claramente a la pobreza. Aclaró que de acuerdo con el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), el factor que ayudó a que muchos colombianos salieran de la penumbra fue justamente la caída del empleo informal, que el año pasado bajó 1.9%.
"Del Chocó solo se habla por una calamidad doméstica o cuando Jackson Martínez hace goles."
Eddi Mercelín, de 29 años, es quibdoseño, hace 10 años tuvo que salir no solo de su municipio sino de su departamento en busca de oportunidades. Llegó a Bogotá y logró graduarse de la facultad de Política en la Universidad el Rosario. Desde la capital colombiana no ha dejado de pensar en su gente. Cuenta que ha trabajado en todos los procesos de equidad que tienen que ver con el Chocó y que recientemente estuvo a cargo de la reconstrucción del proyecto de Transparencia Internacional para asignar recursos a una población que no solo necesita de ellos, los implora.
Mercelín dice que el tema de la pobreza, el desempleo y la informalidad debe ser entendido en contexto. Por ejemplo la capital chocoana se está consolidando como ciudad, tiene al 80 por ciento de sus habitantes sin acueducto ni alcantarillado. El tema de los servicios públicos es prioridad. Para él, otros puntos importantes están relacionados con la propiedad de la tierra, el tema de la inseguridad y el acceso a las vías. La conectividad entre Quibdó y Pereira o Medellín no existe, lo que perjudica al trabajador y al inversionista que quiera llegar a este territorio; si a esto se le agrega que de los más de cien mil quibdoseños, 50 mil llegaron por desplazamiento, el tema es aún más difícil.
"Por otro lado tenemos que el Gobierno colombiano está elaborando estrategias de reactivación económica con la creación de empleos de emergencia, de corto plazo, que no son estructurales. Lo que se requiere es un tema de estrategias de empleo a largo plazo. La empresa privada debe llegar a Quibdó pero siendo una ciudad consolidada(...) si una empresa embotelladora quiere llegar a Chocó, debe solucionarse el tema de propiedad y si piensan sacar sus productos, los costos se le van a incrementar porque aquí no hay vías", cuenta.
El politólogo dice que una de las grandes apuestas, apoyadas por la actual Alcaldía de Quibdó, tiene que ver con la creación de una agencia de inversiones con el apoyo de cooperación internacional, esto busca atraer al sector privado. De todas formas el Gobierno Nacional ha hecho un aporte mínimo y de manera reaccionaria pero sin mayor planeación. Para Eddi se deben identificar las cualidades de la región y trabajar en resolver los problemas de vías, propiedad de la tierra e inseguridad.
"La gente se dedica a la economía informal y de sobrevivencia."
Eddi Mercelín anota que el Chocó le ha dado al país grandes profesionales y capital humano de primer orden. Muchos de ellos, como él, han salido a otras partes de Colombia porque pudieron conseguir los recursos, pero argumenta que muchos chocoanos se van a quedar en su tierra porque no tienen ni cómo ni a dónde llegar. "La gente difícilmente podrá salir porque no existen las condiciones mínimas para hacerlo".
En septiembre de 2013 el gobernador (e) del Chocó, Hugo Tobar, afirmó que la prioridad es sobreponerse a los 50 años de atraso en infraestructura, educación y salud, que lo colocan como el territorio más pobre de Colombia.
“Para las vías primarias necesitamos 500.000 millones de pesos, por lo menos para tener unas condiciones mínimas (…). La educación está bajo la figura de intervención pero hemos avanzado a través de las regalías: destinamos 30 millones de dólares para la educación superior; 23.000 millones de pesos para la calidad y avanzamos en la construcción de la Universidad Tecnológica del Chocó”, aseguró Tobar.
Eddi Mercelí concuerda con esta afirmación pero aclara que el presupuesto que se le asigna a la región es insuficiente ya que se requiere más apoyo del Ministerio de Hacienda en cuanto a la asignación del capital económico; en relación al capital humano también debe haber una prioridad ya que se debe establecer un equipo externo que ayude a evaluar las finanzas y el estado actual del departamento.
"Sin lugar a dudas existe un abandono histórico del Chocó, a este departamento solo se le mira cuando hay un tema de calamidad doméstica, como lo ocurrido la semana pasada en Unguía o cuando Jackson Martínez hace un gol. Se tiene que cambiar la mentalidad", agrega.
A menos de 24 horas de conocerse la nueva tasa de desempleo en el país, es evidente que esta región seguirá ocupando los primeros lugares en materia de desocupación. El jueves pasado Juan Manuel Santos arrancó su gira nacional en pro de la reelección y escogió al Chocó como primer departamento. Puso su firme compromiso de ''continuar y fortalecer'' el programa de inversiones de su gobierno para el Chocó y la Región Pacífica. ¿Cumplirá lo prometido?
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Sáb, 29/03/2014 - 03:25
El Chocó sufre un claro abandono. Según la última encuesta integrada de hogares revelada por el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), cinco de cada diez habitantes que viven en la capital