Este martes se oficializó por parte del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, la realización en Sudamérica con cuatro países de la Copa Mundial de la FIFA 2030, la cual sería la edición del centenario del primer Mundial de Fútbol de la historia.
Precisamente, la candidatura tiene a Argentina y a Uruguay como sus promotores, ya que la primera Copa del Mundo en 1930, se realizó en territorio uruguayo y tuvo como gran protagonista a Argentina, que llegó a la final del certamen.
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Alejandro Domínguez oficializó la candidatura para el 2030 con cuatro países involucrados, los cuales serán Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. De esta manera, se podría albergar a las 48 naciones que comenzarán a participar del certamen, como lo tiene previsto la FIFA, a partir del 2026 en Estados Unidos, México y Canadá.
“Si retrocedemos en el tiempo, donde los que crearon este sueño de un Mundial, tal vez no hubieran imaginado la magnitud de su creación y lo que se debe hacer ahora para ser sede de una competición a nivel intercontinental”, mencionó Domínguez, sobre aquellas personas que se reunieron para realizar el evento más grande del planeta fútbol.
Uno de los de argumentos que tiene la Conmebol y las confederaciones que quieren ser sede de la competición es que se debe volver al origen de todo, ya que Uruguay fue el epicentro de la fiesta del fútbol a nivel de selecciones, por lo que celebrar los 100 años de la Copa Mundial de la FIFA no sería correcto si se realizara en un lugar distinto.
“Nosotros no podemos no trabajar por honrar su memoria y demostrarle al mundo de lo que fueron capaces quienes crearon esta iniciativa, por lo que la FIFA y los colegas deben entender que sería un gran momento para retribuirles todo su esfuerzo”, comentó Domínguez.
La decisión de que sean cuatro países para albergar este Mundial 2030 se debe a que la capacidad para recibir 48 delegaciones en un solo país sería algo imposible, sin embargo, lo ideal es que a través de las demás naciones se puede vivir la fiesta del fútbol, con un componente único y la mística que deja el recuerdo de 1930, cuando Uruguay alzó la primera Copa Jules Rimet.