La violencia vivida en el país entre finales de los noventa y principios de los 2000 aún es vigente en la cotidianidad colombiana. Casi 20 años después de que esta violenta etapa de la historia colombiana terminara, sus protagonistas siguen respondiendo y aceptando crímenes.
En la madrugada del ocho de septiembre, la Fiscalía, a través de un comunicado, anunció que como resultado de las audiencias indagatorias llevadas a cabo entre los días 2,9 y 16 de marzo del 2021, se le ratifica la medida de aseguramiento a alias Macaco, ex cabecilla de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Las audiencias se llevaron a cabo dentro de la Cárcel La Picota ubicada en la ciudad de Bogotá. Durante estos procedimientos, Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias Macaco, reconoció haber sido responsable por línea de mando de una larga lista de delitos.
En el comunicado de la fiscalía, se publicó una lista de los delitos que el ex cabecilla habría cometido entre el año 2000 y el 2004: “homicidio agravado, homicidio en personas protegida, lesiones personales, desplazamiento de población civil, reclutamiento ilícito, desaparición forzada, secuestro simple, secuestro extorsivo, tortura, acceso carnal violento, terrorismo y hurto agravado.”
Macaco ejercía como cabecilla en el Bloque Central Bolívar, desde dónde, de manera sistemática, organizaba los delitos que cometerían las personas bajo su mando. Destacan dentro de esta lista 113 homicidios y 110 casos de desaparición forzada, en su mayoría, contra población civil de grupos indígenas y líderes comunitarios.
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Cabe resaltar que los delitos cometidos por Macaco están declarados como actos de lesa humanidad, pues, según la Fiscalía, “dichas conductas no han prescrito, y que obedecieron a una política sistemática y generalizada por parte del hoy procesado.”
Se estima que el procesado tuvo participación en 162 delitos a lo largo del tiempo por el cual fue acusado. Ahora, Macaco deberá seguir su tiempo en prisión que inició en el 2021 después de que fuera capturado.
Cabe resaltar que la captura de Macaco y su debido proceso se están llevando a cabo bajo el marco de la ley 600 del 2000, que pretende brindar a los capturados un proceso digno y humano, respetando todos sus derechos.
