El pasado jueves 21 de marzo, el juez 20 Penal del Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá dictaminó que Alberto Salcedo Ramos no era culpable del delito de acto sexual violento, acusación que había sido presentada por Alejandra Omaña, mejor conocida como Amaranta Hank, quien mencionó en su momento que los hechos en cuestión supuestamente ocurrieron mientras ella era estudiante en la Universidad de Pamplona.
En la audiencia el juez aseguró que la también escritora y periodista había mentido a lo largo del juicio. De acuerdo a la defensa de Salcedo Ramos, a cargo del abogado penalista Fabio Humar, las declaraciones de Omaña no eran consistentes, lo que demostraría que los hechos que había denunciado en 2020, no ocurrieron, lo que llevó a que se declarara la inocencia de reconocido cronista.
Según el fallo, las pruebas presentadas durante el juicio no fueron lo suficientemente sólidas y, en algunos casos, incluso llegó a ser evidente que Alejandra, había mentido en sus declaraciones lo que determinó la decisión del juez.
Sin embargo, cabe destacar que el fallo es de primera instancia, lo que significa que puede ser apelada ante el Tribunal Superior de Bogotá para que sea revisado nuevamente el caso y las evidencias para así confirmar si se dicta una condena o si se absuelve completamente.
Además de la acusación de acto sexual violento, Salcedo Ramos también fue absuelto de las acusaciones de tocamientos no permitidos presentadas por Angie Castellanos, otra denunciante en julio de 2011.
La respuesta de Amaranta Hank tras fallo del juez
Tras la decisión del juez, Alejandra Omaña, lamentó la decisión del juez señalando que se sentía profundamente triste por la respuesta de la justicia:
“Con profunda tristeza recibí la noticia de la absolución de Alberto Salcedo Ramos por el caso de violencia sexual, que la periodista Angie Castellanos y yo, llevábamos en su contra. Hace 4 años, un grupo de periodistas y activistas nos sentamos a hablar de los múltiples casos de violencia sexual, que estudiantes y jóvenes periodistas habíamos recibido por parte de Alberto Salcedo Ramos.
Hablamos de una denuncia colectiva, pero en varias se evidenciaba el miedo de las represalias que él pudiera tomar y que ello afectara sus carreras como comunicadoras. Entonces, Angie Castellanos y yo, tomamos la fuerza para poner la denuncia ante la Fiscalía y hacer justicia en nombre de todas”, comenzó diciendo.
Omaña también habló sobre los ataques y persecución de la que habían sido víctimas ella y las otras denunciantes. Así como de como misteriosamente había desaparecido una entrevista de W radio en donde estudiantes de la javeriana habían señalado que no querían ver clases con él porque lo consideraban un profesor “morboso”.
Asimismo, Amaranta dijo que el proceso con la justicia había sido revictimizante, y que constantemente tuvo que lidiar con ataques de ansiedad, y situaciones que fueron producto de esta situación.
“Estos 3 años y medio del proceso fueron revictimizantes. Por mi parte, sufrí ataques de ansiedad cada vez que se acercaban las audiencias, subí de peso por atracones de comida y perdí el gusto por mi propia intimidad. Ante la Fiscalía presentaron como "pruebas" los videos en los que hice pornografía y los videos de Youtube donde hablaba de depresión, para hacerme ver como una desequilibrada mental”, aseveró agregando que la habían tratado como una mentirosa:
“Se atrevieron a decir que yo era tan mentirosa, que había inventado mi tiempo cursado en la Universidad de Pamplona en Cúcuta, de la que fui alumna por 3 años. La defensa de Alberto Salcedo Ramos fue sucia, con unos pantallazos de unas conversaciones donde asegura que había un coqueteo mutuo, pantallazos que estoy segura que son falsos porque los presenta a nombre de Amaranta Hank, pero yo me convertí en Amaranta en 2017, varios años después de las agresiones que denunciamos”.
Finalmente, cuestionó el papel de la justicia revelando que pese a que durante la audiencia Salcedo Ramos había declarado que tanto Angie como ella querían tener relaciones sexuales con él “porque lo veían como una figura paterna”.
“El principal argumento del juez para absolverlo fue que me tardé en denunciarlo. Le respondo, señor juez: me tardé en denunciarlo porque era una joven recién llegada a Bogotá, sin dinero y sin trabajo estables, sin una voz pública, enfrentándome a uno de los periodistas más importantes del país, influyente en los medios editoriales y culturales donde yo empezaba una carrera. Él es 30 años mayor que yo”, concluyó diciendo señalando que había una relación de poder que no le permitió hacer su denuncia antes.
