La Corte Constitucional de Colombia hará una inspección judicial los próximos 27 y 28 de marzo del desvío del arroyo Bruno, ubicado en el desértico departamento de La Guajira (norte), que ha estado en disputa entre la comunidad local indígena y una empresa minera.
En un comunicado, la Corte aseguró hoy que "existen diferencias entre la información reportada por los involucrados en este caso, los expertos independientes y los entes de control, el recaudo de pruebas documentales ha sido insuficiente para determinar el estado de cumplimiento de la sentencia".
Por eso, se hará la inspección, empezando con una mesa de diálogo el día 27 y el 28 se llevará a cabo una visita a los alrededores del arroyo, tanto del cauce original como del desvío.
La disputa en los tribunales, y en el territorio, por este arroyo, una de las fuentes hídricas y espirituales del departamento, se ha extendido durante años. Actualmente de discute la posibilidad de que se explote carbón en el cauce original del arroyo.
La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) autorizó en 2014 a Cerrejón a desviar parcialmente el arroyo, que tiene 21 kilómetros, para permitir la explotación del carbón que subyace en su cauce natural.
Cerrejón desvió en ese año 3,6 kilómetros en la parte baja del arroyo, reorientándolo hacia el norte para luego entregarlo a su cauce natural, a 1,5 km de su desembocadura en el río Ranchería.
Tras las acciones de tutela presentadas por la comunidad solicitando la protección de sus derechos, la Corte Constitucional emitió en 2017 una sentencia en la que pedía un "estudio técnico completo" del impacto para decidir sobre el desvío y la explotación del carbón. Una orden que la comunidad wayúu denuncia que la minera y el Gobierno no han cumplido.
En medio de esta disputa, la Corte pretende que la inspección determine "el estado actual del tramo natural y el desviado, las condiciones de exploración y explotación minera adyacente al arroyo y la situación de las comunidades indígenas".
VERSIONES ENCONTRADAS
Cerrejón defiende que esta modificación es "un proyecto de ingeniería único en Colombia" que demuestra que "sí es posible unir la ecología y la ingeniería para hacer minería de manera responsable con el medio ambiente y las comunidades".
Además, detalla que "cinco años después de la modificación parcial del arroyo Bruno, el nuevo cauce, además de mantener su flujo de agua, se ha convertido en un corredor de biodiversidad que alberga 390 especies de animales y 70 de flora, conectando con la reserva forestal de Montes de Oca y el río Ranchería".
Las comunidades wayúu alertan que si se llega a explotar la parte desviada para extraer carbón "matarían el arroyo", algo que "no solamente sería un ecocidio, también un genocidio" y un daño a su cultura.