En Colosó, un pequeño municipio ubicado en el departamento de Sucre, hay un solo centro médico. Es pequeño y apenas cuenta con lo necesario para atender lo más básico en salud que le pueda ocurrir a uno de sus 6 mil habitantes.
Con la llegada de la pandemia del Covid-19 cualquier municipio de Colombia por pequeño o aportado que esté, no está exento de que el virus llegue. Es por eso que unos excombatientes de las Farc que habitan en Colosó decidieron apoyar a quienes están en la primera línea, en esta batalla, al personal médico.
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Kienyke.com entrevistó a uno de estos desmovilizados que desde la legalidad le apuestan ahora a una reconciliación con la misma comunidad que tiempo atrás, cuando estaban en la guerra, los señalaban por su acciones violentas.
Su nombre es Ney y vive con su esposa e hijos. Ven noticias regularmente y por ese canal y las redes sociales se enteran de lo que está pasando en varias ciudades del país con el coronavirus.
“En Colosó hay un poco de abandono y vemos a la gente con necesidades decidimos aportar un grano de arena a todo este proceso”, comentó el excombatiente.
Son 29 los reinsertados de la extinta guerrilla de las Farc que viven de manera permanente en ese municipio. Hace meses abandonaron la zona de reincorporación y se decidieron por Colosó para trabajar en el sector agrícola.
Ney le cuenta a este medio que con los recursos que les entrega el Estado a través de la asignación básica mensual decidieron hacer una colecta para adquirir elementos de protección para el personal médico del centro de salud. Donaron gorros quirúrgicos, tapabocas, sábanas para camillas y batas hospitalarias.
“Los hacemos para que los médicos y enfermeras puedan estar seguros y es una forma de agradecimiento por esa lucha diaria de ellos por todos los colombianos”, comentó.
El desmovilizado le dijo a Kienyke.com que el hospital de ese municipio de Sucre carece de muchos elementos y cree que no es posible que pueda afrontar los contagios del Covid-19 en caso de que llegue el virus.
“Es un gesto de paz”
Ya son cuatro años desde que el grupo guerrillero de las Farc se acogió a un acuerdo de paz y entregó sus armas. Las heridas del conflicto armado siguen abiertas pero son miles los excombatientes que desde la legalidad están cumpliendo.
Muchos iniciaron ya sus proyectos productivos y otros fijan su camino hacia la lucha política desde la democracia y no desde la violencia.
Ney es consciente de la mala imagen que tiene entre los colombianos las Farc, y comenta que con estos actos de solidaridad es una forma de pedir perdón, “que el pueblo sepa que estamos cambiando, es un nuevo proceso y una nueva vida”.
Asimismo contó que esta donación se traduce a gestos de paz y de reconciliación.
“La finalidad de nostros no es ni siquiera cuánto costó si no el gesto, muy poca gente hace esto, sino al contrario está maltratando al personal médico”, puntualizó el excombatiente.
En Sucre los casos positivos no superan las 20 personas, sin embargo con el Covid-19 es mejor prevenir y como lo contó Ney que este tipo de gestos sea el que hable bien de todos los colombianos en medio de esta crisis.