El desempleo en Colombia se mantiene como un tema central en la agenda económica del país. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa de desempleo en agosto de 2024 se situó en el 9,7 %, marcando el séptimo mes consecutivo sin incrementos.
Este leve descenso de 0,2 puntos porcentuales respecto al 9,9 % de julio es un alivio momentáneo, pero no debe ocultar las preocupaciones subyacentes que enfrenta el mercado laboral colombiano.
Cifras que revelan la realidad
En agosto de este año, Colombia contaba con 2,5 millones de personas desempleadas, lo que representa una disminución de cerca de 50,000 en comparación con julio.
Sin embargo, es fundamental señalar que, en comparación con agosto de 2023, la situación ha empeorado, ya que la tasa de desempleo era del 9,3 %, lo que indica un incremento del 0,4 puntos porcentuales en un año. Esta dualidad en las cifras resalta la fragilidad del mercado laboral, donde los descensos temporales pueden enmascarar tendencias más profundas y preocupantes.
Empleo Femenino: Un progreso frágil
Un aspecto positivo en el reciente informe del DANE es la creación de más de 200,000 empleos en el último año, de los cuales aproximadamente el 75 % fueron ocupados por mujeres. Sectores como el comercio, los restaurantes y los servicios de recreación han impulsado este crecimiento.
Sin embargo, la calidad del empleo sigue siendo una preocupación. Más del 60 % de estos nuevos puestos son informales, lo que refleja una precariedad en las condiciones laborales y un acceso limitado a beneficios sociales.
Según expertos de Colpatria, aunque la brecha de género en el desempleo ha disminuido de 4,3 a 3,5 puntos porcentuales, el aumento en la tasa de desocupación masculina, que subió 0,7 puntos, resalta una tendencia desigual que debe ser abordada con urgencia.
La tasa de ocupación: Un indicador preocupante
La tasa de ocupación se sitúa en el 58,3 %, con 23,41 millones de personas empleadas. Sin embargo, esta cifra representa un descenso de 0,46 puntos porcentuales en comparación con julio, lo que equivale a más de 210,000 personas que han dejado de estar ocupadas. Este descenso es un signo alarmante que podría indicar una desaceleración en la creación de empleo.
Los sectores que más contribuyeron al crecimiento del empleo incluyen actividades artísticas, entretenimiento y comercio, mientras que sectores críticos como la construcción y la administración pública han sufrido pérdidas significativas de empleo, con 84,000 y 74,000 puestos destruidos, respectivamente.
Estos datos ponen de manifiesto la vulnerabilidad de ciertos sectores económicos, especialmente en un contexto de crecimiento moderado.
La informalidad laboral se ha mantenido constante en el 56 % entre julio y agosto, lo que indica que, a pesar de la creación de empleo, una gran parte de la población trabaja en condiciones no reguladas. Esta situación no solo afecta la estabilidad económica de los trabajadores, sino que también limita el acceso a beneficios esenciales como salud y pensiones.
El panorama del desempleo en Colombia presenta una mezcla de signos de progreso y desafíos persistentes. Si bien hay una ligera mejora en las cifras de desempleo y una notable participación femenina en el mercado laboral, la calidad de los empleos creados y la alta informalidad son cuestiones críticas que deben abordarse.