La pandemia del coronavirus (COVID-19) ha evidenciado la importancia que tienen las unidades de cuidados intensivos (UCI) en un sistema de salud. Su disponibilidad puede ser la diferencia entre la vida y la muerte en los casos en los que la enfermedad se complica.
Colombia, en medio de la emergencia sanitaria, ha buscado abastecerse de unidades durante los últimos tres meses debido a que para marzo pasado, cuando se detectó el primer caso de coronavirus en el país, era evidente que la atención en las UCI podía colapsar.
Para marzo, Colombia contaba con 5.345 camas de unidades de cuidados intensivos, según datos del Ministerio de Salud.
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Durante los casi tres meses que el país lleva confinado, las autoridades sanitarias colombianas lograron adecuar más de 1.000 y llegar a 6.364 camas, entre las cuales hay 3.990 libres. Del total de unidades disponibles, más de la mitad se asignarían a pacientes con coronavirus.
Colombia busca, además, llegar a las 10 mil camas de UCI para finales del próximo mes de agosto. El Gobierno de Iván Duque ha anunciado que para lograr esa meta va a adquirir 2.767 ventiladores mecánicos que serán distribuidos en todo el país.
Para finales de junio, se espera que lleguen a Colombia 406 respiradores. Otros 1.470 estarían disponibles para el próximo mes de julio, 687 se habilitarían para agosto y 112 entrarían a funcionar entre septiembre y octubre.
Las cifras del Ministerio de Salud se traducen en que en este momento, cuando la curva de contagios de Covid-19 se acelera en el territorio colombiano, hay un 63% de camas de UCI libres.
La disponibilidad, sin embargo, no es homogénea y hay zonas donde la situación causa preocupación a las autoridades locales y a los médicos. El departamento de Bolívar, al norte del país, es el sitio donde la alarma es mayor, pues solo le falta un 22% para llegar a su máximo de ocupación.
Bolívar tiene 274 camas de UCI, en las que 28 se encuentran ocupadas por enfermos de coronavirus. Otras 88 unidades atienden a pacientes que son sospechosos de estar contagiados con la COVID-19, y 95 más se encuentran asignadas a personas con otras enfermedades.
Los datos de Bolívar indican que el departamento solo tiene 63 camas de unidades de cuidados intensivos disponibles.
A la situación de Bolívar se suma la de Caquetá, que tiene un 30% de UCI libres de un total de 20 unidades. Tiene cinco camas ocupadas con pacientes sospechosos de ser portadores de coronavirus y nueve con personas con otras enfermedades.
Bogotá, la capital del país, donde se encuentra una tercera parte de las cerca de 34 mil personas infectadas con coronavirus en Colombia, es otro caso que preocupa.
La ciudad tiene 670 camas de UCI habilitadas para la atención de personas contagiadas con coronavirus, de las cuales 312 están ocupadas, lo que se traduce en un porcentaje del 46,6% de ocupación.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, advirtió que si la situación empeora y la ocupación sobrepasa el 50% declarará una alerta naranja en toda la ciudad, lo que conllevaría a mayores restricciones en medio del confinamiento.
“Los ventiladores no los produce Colombia y aunque estamos haciendo un esfuerzo con universidades del país para fabricarlos, eso va a tomar un tiempo. Hemos hecho todo por aumentar la compra junto al Ministerio de Salud, pero cuando empezó la pandemia Europa y Estados Unidos cerraron su exportación”, explicó López.
A la situación de Bogotá, Caquetá y Bolívar se suma la preocupación por las pocas unidades que hay en los departamentos de Chocó, Arauca, Putumayo, San Andrés y Providencia, Amazonas, Guainía, Guaviare, Vaupés y Vichada, cada una de las cuales tiene menos de 20 camas de UCI en todo su territorio.
Maribel Arrieta, médica anestesióloga y epidemióloga con maestría en educación médica, explicó que Colombia tiene varios retos en la adecuación de unidades de cuidados intensivos. Detalla que las camas se encuentran concentradas en las grandes urbes, lo que supone un problema si el coronavirus se propaga en el sector rural del país.
“Los centros urbanos pequeños difícilmente tienen una unidad de cuidado intensivo y las poblaciones rurales menos”, indicó Arrieta a la Agencia Anadolu.
Para Arrieta, la escasez de camas de UCI es generalizada en toda Colombia y es un fenómeno que se explica, en parte, en que la mayor cantidad de unidades se encuentran en el sistema privado de salud. “Hace falta que se estimule el tema y que el sector público promueva, fortalezca y sostenga centros con mayor especialización”, detalló.
“El asunto tiene que ver con el diseño de nuestro sistema de salud en Colombia, y es algo que debe ser revisado y corregido”, sostuvo Arrieta, quien es, además, miembro de la junta directiva del Colegio Médico de Bogotá y profesora asociada de la Universidad Militar de Colombia.
Otro asunto en el que la médica hace un llamado es en la disponibilidad del talento humano capacitado para el manejo de las nuevas unidades de cuidados intensivos que se han habilitado en Colombia.
“Se están buscando ventiladores, pero también se requieren médicos intensivistas. Se va a recurrir a personal que seguramente no es intensivista, pero que puede tener alguna capacidad para manejar a pacientes de cuidados intensivos”, aseveró Arrieta.
La médica coincidió con la alcaldesa de Bogotá en que la escasez de respiradores se debe a la suspensión de exportaciones. Mencionó que las universidades colombianas están a la espera de la aprobación y licencias para sus ventiladores por parte del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima).
Mientras las autoridades sanitarias se concentran en garantizar las camas de UCI durante la pandemia, la Superintendencia Nacional de Salud en Colombia advirtió, entre tanto, que vigilará el buen uso de esas unidades.
La Superintendencia se pronunció luego de que el ministro de Salud colombiano, Fernando Ruiz, afirmara que algunos centros de salud del país han hecho un mal uso de las UCI.
“Hay un incentivo en muchos hospitales y clínicas particulares en mantener a pacientes en áreas de cuidado intensivo más allá del tiempo que se necesita, básicamente para tener un beneficio económico al tener la cama ocupada y poder facturar los servicios”, afirmó Ruiz en una sesión en el Senado.
Ante la aceleración de la pandemia, Colombia trabaja para mantener la atención médica luego de un prolongado confinamiento que le ha permitido prepararse para la llegada de este momento, cuando la cifra de fallecidos diarios ha estado sobre los 30 de forma sostenida, mientras que los contagios se sitúan sobre los 1.500 cada 24 horas.
El país superó esta semana los 1.000 fallecidos desde el inicio de la pandemia, mientras que los pacientes contagiados se aproximan a los 35 mil.
Bajo ese escenario la disponibilidad y el uso eficiente de las UCI es clave, debido a que es allí donde los enfermos más graves de coronavirus luchan día a día por no dar su último suspiro en una batalla que viven en solitario y en donde su única defensa, con excepción de la reacción de su cuerpo, es el respirador, salvador de vidas.