Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial, quien llegó hace poco más de un mes a ese cargo, explicó en el Foro de Presidentes cómo se encuentra actualmente la región de América Latina y el Caribe, bajo la pandemia de coronavirus, y cómo se debe pensar o repensar la reactivación económica.
El balance que entregó Jaramillo no es alentador, incluso afirmó que le gustaría dejar de hacer pronósticos porque cada vez muestran panoramas más difíciles para la región a medida que avanza la pandemia de Covid-19.
“América Latina es la región más golpeada, es dramático. Cada vez que hacemos pronósticos las cifras son más negativas. Todo apunta a una reducción en el PIB regional de por lo menos 7%, yo creo que va a ser más grande la caída. Mucha incertidumbre, no sabemos esto cuando termina, todos los escenarios son posibles hasta que aparezca un tratamiento efectivo o las vacunas empiecen a funcionar”, afirmó el vicepresidente del Banco Mundial en el Foro de Presidentes.
Según Jaramillo, las cifras de pobreza han ido en aumento en la región desde que inició la pandemia. América Latina contaba con un 22% de la población en situación de pobreza, pero a causa de la pandemia, esta podría crecer por lo menos 50 millones de habitantes más en esa condición.
“Esto es triste porque casi 60 millones habían salido de la pobreza desde el 2001 al 2020, entonces vamos a perder casi todo el avance de reducción de pobreza en casi dos décadas en la región. Casi 30 millones van a salir de la clase media. La desigualdad se está intensificando en casi todos los sitios. Estimamos 25 millones de empleos que están desapareciendo en este momento”, afirmó Jaramillo.
Esas cifras plantean para los países de la región una recuperación costosa y difícil, cuando se logre superar la pandemia. Más aún, cuando la región no cuenta con los recursos y la capacidad financiera para hacerlo, frente a los demás países del mundo. Para el vicepresidente, Chile y Perú cuentan con las mejores condiciones de ahorro para financiar la recuperación, a estos les sigue Colombia y México, pero con una capacidad reducida.
Durante su intervención en el foro, Carlos Felipe Jaramillo preguntó “¿Qué habría pasado si no hubiera pasado la pandemia?”, a lo que aseguró que la región iba mal desde antes de la llegada del virus. Tenía un crecimiento per cápita de 0.4%, la más baja de cualquier región del mundo. “Sin pandemia no estábamos avanzando y no había mucha reflexión acerca de qué había que cambiar. A mi modo de ver, la región entró en una época de marasmo en política económica, mucho statu quo, poco de pensar en reformas ambiciosas”, afirmó.
Por eso, la invitación de Jaramillo para todos los líderes de la región con quienes tiene la oportunidad de reunirse y el mensaje que dejó en el Foro de Presidentes, fue repensar el futuro y enfocar los esfuerzos en una reforma sustancial al interior de los países.
“Algunos plantean volver a la situación de enero o febrero, antes de la pandemia, y mi mensaje es: no estábamos bien. Es volver a un statu quo muy mediocre, es no aprovechar las oportunidades que da repensar el futuro”, afirmó el vicepresidente del Banco Mundial.
Los tres puntos de transformación según Jaramillo
Jaramillo planteó tres aspectos principales para repensar y reformar los países: capital humano, acceso a plataformas digitales y regulación e incentivos al sector privado, como tres sectores que permitirán a los países de América Latina caminar hacia la competencia global.
“Hay que aprovechar esta pandemia y el tiempo que tenemos para pensar qué tipo de crecimiento queremos en nuestros países a futuro. Quisiera tres cosas: más dinamismo, que no se rezague la región. Un crecimiento con más igualdad, más oportunidades para la gente con bajos recursos, más espacio a la innovación, nuevas ideas para los jóvenes. Una economía más sostenible, con mayor armonía con la naturaleza y menos depredadora”, agregó.
En ese sentido, Jaramillo planteó la necesidad de crear sistemas educativos más equitativos. “América Latina tiene un capital desigual, gente muy buena, bien educada, creativa, técnica, y profesional, pero lamentablemente es solo un segmento pequeño de la población, en gran parte porque tenemos sistemas educativos muy inequitativos”, señaló.
Como segundo aspecto a tener en cuenta, Jaramillo describió que América Latina tiene cifras similares a las de África en cuanto al acceso a internet de banda ancha: solo la mitad de la población cuenta con ese servicio. Se deben enfocar esfuerzos para que el internet llegue a todas las personas, como una herramienta necesaria para los negocios y el desarrollo futuro.
“Los que tienen buen acceso a internet, acceso a banda ancha, pueden trabajar desde la casa, mantener a sus hijos en programas educativos, hacer transferencias, incluso tener acceso hasta a telemedicina. Quiere decir que la mitad de los niños no tienen acceso a recursos educativos por internet, la mitad de los adultos no puede trabajar desde la casa. Quiere decir que estamos ahondando las desigualdades históricas: los que sí tienen recursos sobreviven y los otros en muy mala situación”, agregó.
El tercer y último aspecto que consideró digno de un trabajo legislativo y social, es una propuesta poco popular, pero en términos de Jaramillo, necesaria para la región: incentivos para el sector privado, quien será uno de los principales actores de la reactivación.
Para mí América Latina tiene un sector privado moderadamente robusto, pero no lo suficientemente innovador y creativo para competir con los país“es ricos y emergentes”, señaló.
En este sentido, considera que los países tienen falencias en el sistema tributario, que es complejo y requiere mucho tiempo para cumplir con los requisitos, además de costoso. Por ejemplo, según señaló, el sistema judicial para los problemas privados es muy lento y las evaluaciones del país resultan con bajas cifras de efectividad en comparación con los otros países.
“Hay todavía muchos obstáculos y barreras a la iniciativa privada. Cuando me explicaron los problemas de las empresas privadas en América Latina, reconocí los problemas de cuando era funcionario público en los años 90. Sectores dominados por una o dos empresas, acceso a sector financiero muy limitado para las pymes, complejidad y costos en el esquema tributario. Otros temas como la resolución de disputas y contratos en la rama judicial. Colombia sale muy mal en estas categorías en comparación. De manera que hay una agenda conocida”, señaló Jaramillo.
El vicepresidente del Banco Mundial considera que el sector público, por las bajas cifras de capacidad, no va a poder liderar la recuperación de la pandemia, por lo que será el sector privado quien pueda aportar económicamente a esa reactivación. En ese sentido, propuso a los líderes motivar al sector privado, reducir el espacio de incertidumbre, aumentar las posibilidades de crédito y generar alicientes o premios para la creación de empleos y nuevas empresas.
La invitación final de Carlos Felipe Jaramillo, el colombiano que ahora es vicepresidente del Banco Mundial, es que los países piensen en reformas sustanciales y ambiciosas, de cara a un nuevo modelo y a un nuevo mundo, que va a quedar después de la pandemia.
Considera que es muy difícil, por la afectación que todos los países tuvieron en la pandemia, que hayan grandes ayudas internacionales, por lo que invitó a que sean los países los que busquen su propio desarrollo y se deshagan de la idea de volver a los indicadores que se tenían antes.
Entre esas ideas, Jaramillo planteó una educación general, con especializaciones puntuales, que tenga como foco la cuarta revolución industrial. “Hay que repensar toda la educación y los currículum muy rígidos, con cursos específicos, eso va a tener que ser totalmente repensado, para tener una formación más universal y especializaciones más específicas. Para adaptarse al mercado del futuro vamos a tener que ser muy creativos”, puntualizó.