Las bujías son una pieza imprescindible de todo vehículo ya que son las encargadas de generar la el proceso de combustión, permitiendo la mezcla del aire y el combustible.
Un motor dará mayor potencia si hay mejor combustión y esto se consigue con una chispa eficiente entre los electrodos de la bujía. Varias clases de bujías se pueden conseguir y es necesario tener en cuenta características y usos de cada una para saber cuál es la más conveniente para cada motor. Una de las diferencias más notorias es el material del que están hechos; tres son los más conocidos: platino, iridio y cobre.
La gran ventaja que tienen las de cobre es su conductividad y popularidad, sin embargo, las gran ventaja de las otras dos es que son más duraderas y esto trae otras garantías adyacentes. Mientras las de cobre duran unos 25.000 km, las de platino unos 100.000 km y las de iridio 150.000 km. La durabilidad contribuye a que cada vez sea menos necesario cambiarlos y esto se interpreta, lógicamente, como que costo de las últimas puede compensarse con la baja frecuencia que requiere su cambio.
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El promedio de conducción de un carro en Colombia es de 12.000 km al año, según la autopartista Bosch, lo que representaría un cambio cada 12 años, un tiempo superior al promedio de la tenencia de un vehículo.
Por otra parte, las de iridio requieren menos voltaje para que la chispa salte, lo que también genera menos gastos, emisiones y potencia. Adicionalmente, el frío no es un inconveniente para su conductividad ya que no necesitan mucho calor para ser encendidas.
Si se quiere cambiar las bujías de un carro hay que considerar que todos los vehículos necesitan una distinta. Este procedimiento se puede realizar en diferentes negocios y con facilidad se consiguen hasta en almacenes de cadena. El cambio de este elemento debe ser constante ya que una bujía óptima, entre otras cosas, ahorra combustible y reduce la emisión de gases.
