En el mundo de la mecánica existen demasiados elementos para que el motor del vehículo empiece a fallar. Entre las más conocidas se encuentra que el humo que salga por el exhosto sea de color azul o el excesivo consumo de aceite. El motor es considerado como el corazón de un carro.
Una de las ventajas a la hora de reconocer detalladamente los desgastes mecánicos que pueda tener un vehículo es si su dueño tiene gran conocimiento en el tema o a su vez tiene un mecánico de confianza, que le pueda detectar fugas o residuos de aceite en el bloque del motor. Además, de revisar minuciosamente las bujías para dar con el responsable del daño al motor.
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En la mayoría de casos, un diagnóstico de alta precisión no puede hallar los problemas que presenta el motor. Es aquí cuando se necesita de la mano de obra humana para revisar detalladamente cada una de los componentes. Esta pieza de alta ingeniería puede tener un error bastante pequeño pero que puede significar en una gran pérdida de fuerza para las ruedas.
Existen gran variedad de pruebas para verificar el estado de un motor, entre ellas está colocar un medidor de la presión del aire con gasolina en los cilindros que tiene. Sin embargo, varios expertos consideran que este es el mejor diagnóstico que se puede realizar pero muchos de ellos no tienen en cuenta que la prueba se realiza cuando el motor se encuentra girando a bajas revoluciones y puede que no sea exacta la medición final.
Otras de las pruebas consisten en echar unas gotas de aceite por el orificio de la bujía, aunque también es considerado por muchos como una falta de respeto para la ingeniería mecánica. Otro factor que puede afectar la lectura de resultados es la altura. La presión atmosférica es diferente en la zona atlántica que en Bogotá.
