Los diputados franceses votaron en la noche del viernes al sábado una disposición que crea un dispositivo de primas para los que lleven al desguace su coche para comprarse en su lugar una bicicleta, también si está alimentada por una batería eléctrica.
El diputado Jean-Marc Zulesi, impulsor de esta enmienda a la ley sobre el clima que está en trámite parlamentario, se felicitó en su cuenta de Twitter de su aprobación y explicó que supone una extensión del dispositivo que incita a renovar un coche por otro más eficiente en términos energéticos.
El nuevo articulado establece que las ayudas serán para "la adquisición de vehículos propios, incluidas bicicletas y bicicletas de pedaleo asistido" a condición de enviar al desguace vehículos contaminantes.
También por el cambio de vehículos con motores térmicos (gasolina o diesel) por otros eléctricos o por la instalación de equipamientos que mejoren la seguridad.
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Queda por definir el monto de esas primas, aunque los promotores esperan que sean de al menos el 40 o el 50 % del valor de una bicicleta eléctrica, lo que podría significar entre 500 y 1.000 euros.
Con la crisis del coronavirus y la voluntad de evitar el transporte público, el uso y las ventas de bicicletas han progresado de forma significativa en Francia.
Pese al cierre de las tiendas durante más de tres meses por los confinamientos, en 2020 crecieron un 1,7 % en número hasta 2.684.800. En valor, ese incremento fue del 25 % hasta 3.000 millones de euros.
La razón es que se comercializaron 514.672 bicicletas, un 29 % más que en 2019 y representaron un 19 % del total en volumen y un 56 % en valor.
La Asamblea Nacional también dio su visto bueno la pasada noche a otras disposiciones de la ley climática que pretenden reducir la contaminación a causa del parque automovilístico, de las que se felicitó el Gobierno en un comunicado este sábado.
Por una parte, a la prohibición de comercializar automóviles que utilicen combustibles fósiles en el horizonte de 2040, se añade una etapa en 2030 para cuando sólo un 5 % de los vehículos nuevos podrán emitir más de 95 gramos de dióxido de carbono (CO2) por kilómetro.
El pasado año más de la mitad de los coches que se matricularon superaban ese umbral de emisiones.
Además, a partir de 2040 tampoco se podrán vender camiones, autobuses o autocares que utilicen mayoritariamente combustibles fósiles, lo que obligará cuando menos a su hibridación.
Los diputados aprobaron varios artículos que facilitarán el despliegue de puntos de recarga para los vehículos eléctricos. Por ejemplo, cuando un particular quiera instalar una en su plaza de aparcamiento en un edificio de pisos, la decisión se tomará en la asamblea de vecinos por mayoría simple y ya no cualificada como hasta ahora.