En horas de la mañana del pasado domingo 29 de enero, un nuevo hecho de asesinato estremeció a los habitantes de Bogotá. Se trató de un cuerpo sin vida que las autoridades hallaron dentro de un costal en sector de El Amparo, en la localidad de Kennedy.
Según los testimonios e informes más recientes, el cadáver fue encontrado en un lote baldío ubicado en la carrera 83 con calle 40 Bis A Sur, en el barrio Pinos del Río, y se trató de un hombre que presentaba heridas con arma blanca y signos de violencia en su cuello.
El cuerpo correspondía a un sujeto de aproximadamente 30 años de edad y estaba completamente cubierto de sangre, lo que indicaría que fue torturado antes de morir, tal como dictó la Fiscalía General de la Nación.
El caso fue conocido por el Centro de Atención Inmediata (CAI) de Caldas y está a cargo de la Sijín de la Policía, quienes investigan si se trató de un ajuste de cuentas entre las bandas delincuenciales que operan en el sector.
Denuncian a veterinaria por ahorcar a una perrita en Bogotá
En los últimos días se conoció una denuncia por redes sociales sobre un presunto caso de maltrato animal. Se trató del presunto asesinato de Nala, una perrita de raza cocker de un año y ocho meses, que habría sido ahorcada con un lazo por los funcionarios de la peluquería veterinaria Ooh Lala Pets Spa durante un servicio.
La denuncia la dio a conocer la usuario Valentina Romero, propietaria de Nala, a través de Facebook. Según cuenta la ciudadana, llevó a su mascota al establecimiento en horas de la mañana del pasado 24 de enero para que la bañaran y le cortaran el pelo.
Sin embargo, al rededor de las 2 de la tarde, los trabajadores de la veterinaria la llamaron diciéndole que su perrita había fallecido a causa de un ataque de estrés, aunque la versión sonó poco creíble para los dueños y decidieron investigar.
Ante esto, observaron los videos tomados por la cámara de seguridad y se percataron de que Nala tenía una soga en su cuello y otra en su estómago. Además, le habían puesto un bozal durante todo el procedimiento.
Al parecer, los trabajadores habrían amarrado la cuerda demasiado fuerte y habrían asfixiado a la mascota sin darse cuenta.
Posteriormente, las empleadas mueven a la canina a otro lugar para continuar bañándola. Finalmente, Nala se pone en dos patas y cae inconsciente sobre la mesa. En ese momento, las trabajadoras se percatan de lo ocurrido e intentan reanimarla, aunque ya es demasiado tarde.
Cuando la Policía llegó al lugar de los hechos, le dijeron a Romero que se llevara a la perrita para hacerle los exámenes correspondientes, pero que la veterinaria no cubriría estos gastos. Adicionalmente, se dieron cuenta de que el establecimiento no cuenta con los permisos necesarios para atender a público.
Después de su fallecimiento, la canina fue trasladada a la Universidad Nacional de Colombia para que se le hicieran los estudios correspondientes que determinarán la causa de su muerte.
Por su parte, el establecimiento publicó un comunicado informando que la perrita “se tornó agresiva y, por temas de seguridad, el personal procedió a colocarle un bozal. Luego continuó con episodios agresivos, alteración y posteriormente se desmayó”