El café es una de las bebidas preferidas de las personas en el mundo, nada se puede disfrutar más que una taza de café al despertar, antes de que inicie la jornada de actividades que debemos realizar durante el día. Aunque se conocen todos los beneficios que esta bebida trae para la salud, existen momentos en que no es recomendable consumirla.
Esta bebida oscura que ha sido considerada como fuente de antioxidantes, que permiten prevenir enfermedades como el cáncer, también influye en la pérdida de peso y en la activación de la mente de las personas, sin embargo, es importante tener en cuenta que existen efectos secundarios en personas que tienen algunos padecimientos.
Para aquellos que sufren de gastritis o reflujo, o que se encuentran en un tratamiento para esta condición, el consumo de café debe ser moderado, o en un caso más complicado, suspendido. La gastritis es una señal de escasez de ácido en el estómago, haciendo que el cuerpo produzca por sí solo ácido clorhídrico, lo que genera la sensación de quemazón en el área abdominal. El café genera más irritación y agudiza más esta enfermedad.
Otra razón por la que se debe analizar el consumo de café, es por su relación con el sistema neurológico. El sistema de adaptación del estrés, el cual es regulado por el sistema nervioso, funciona de manera involuntaria y está conectado con todos los órganos. Cuando el cuerpo se siente estresado, ya sea por cansancio, estrés del trabajo, agotamiento, cambios en el estado de ánimo o irritación, el cuerpo pierde adaptación al estrés y esto puede ser una consecuencia del consumo de esta bebida, tan necesaria para algunas personas en el mundo.
El café es un estimulante y en el cuerpo produce adrenalina, permite que la glándula suprarrenal produzca cortisol y además provoca el aumento en la presión arterial, lo que hace que nos sintamos mucho más animados. El principal síntoma que nos alerta sobre si debemos dejar o no el café, es el cambio en el estado de anímico, o si sentimos que lo necesitamos obligatoriamente para conseguir energía. Estas señales indican que el sistema de adaptación al estrés está alterado y el consumo de café podría empeorar esta situación.