Iniciativas para acelerar la búsqueda de una vacuna contra el VIH

Mar, 26/10/2021 - 16:35
Es curioso que la velocidad en vacunas contra covid-19, se deba, en gran parte, a la ventaja proporcionada por la investigación sobre el VIH y sus tecnologías y que, sin embargo, aún falte una inmunización frente al virus.
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Incluso en medio de la devastación de la actual pandemia de covid-19, no debe perderse de vista otra pandemia que existe desde hace 40 años: la del sida. Y al igual que los descubrimientos científicos han aportado prometedoras vacunas contra covid, también se han producido importantes avances en la investigación sobre la prevención del VIH.

Dos nuevas e importantes herramientas de prevención del VIH —inyecciones de acción prolongada del fármaco cabotegravir y un anillo vaginal que dispensa el fármaco de prevención del VIH dapivirina— están ahora a la espera de ser aprobadas por las principales autoridades reguladoras.

Si se superan las dificultades para garantizar un acceso equitativo a escala mundial, estas nuevas opciones, junto con los comprimidos orales diarios de gran eficacia denominados profilaxis preexposición (PrEP, por sus siglas en inglés), ofrecen múltiples vías para detener el virus. Si a ello se añade el hecho de que las personas tratadas con éxito de la infección del VIH no pueden transmitir el virus, el mundo pronto tendrá más barreras altamente eficaces contra la infección del VIH que nunca.

Y sin embargo, a pesar de estas transformaciones en la prevención, la incidencia mundial del VIH se ha mantenido en una tasa elevada durante varios años. Esto es especialmente cierto entre las adolescentes y las mujeres jóvenes, y entre otras poblaciones marginadas, como los hombres jóvenes que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadoras del sexo y consumidores de drogas.

A pesar de los avances en materia de prevención, ONUSIDA estima que 1,5 millones de personas se infectaron con el VIH en 2020, y casi 700.000 murieron por enfermedades relacionadas con el VIH. La incidencia del virus entre las mujeres jóvenes en el África subsahariana supera regularmente el 4 % anual, lo que significa que en muchos países la mayoría de las mujeres jóvenes serán seropositivas a una edad temprana.

¿Qué es lo que todavía falta en la prevención del VIH? La herramienta más importante: una vacuna segura, eficaz y accesible que pueda distribuirse en todo el mundo para proporcionar una protección duradera a largo plazo. Junto con los esfuerzos para acelerar el acceso a las numerosas opciones de prevención del VIH disponibles y emergentes, hay que hacer mucho más para que la vacuna sea una realidad.

Muchos han señalado, comprensiblemente, el rápido desarrollo de las vacunas contra covid-19 y se preguntan por qué no se puede hacer lo mismo con el VIH. Resulta irónico que la velocidad con la que se han logrado vacunas contra en coronavirus se deba en gran medida a la enorme ventaja que ha proporcionado la investigación sobre el VIH. Las tecnologías clave de las vacunas contra el virus que ocasiona el sida se pusieron en marcha con éxito para Covid.

Modelos de investigación colaborativa 

Las innovaciones en materia de pruebas de vacunas que se pusieron a prueba con el VIH aceleraron los plazos de los ensayos de la vacuna contra covid. Y los modelos de investigación colaborativa pioneros en el VIH, como la Coalición para la Innovación en la Preparación de la Epidemia (CEPI), reunieron el talento, la experiencia y los recursos de las principales partes interesadas.

Algunos de estos sistemas, en particular los que apoyan el acceso rápido a las vacunas a nivel global, no han podido superar el impacto devastador del nacionalismo y el acaparamiento de vacunas, y proporcionan lecciones fundamentales para los futuros esfuerzos en esta materia.

Aunque el desarrollo de la vacuna contra covid se aceleró gracias a un dinero, una voluntad política y una colaboración científica sin precedentes, la razón última por la que se desarrolló una vacuna contra el coronavirus con tanta rapidez es que el SARS-CoV-2 proporcionaba un objetivo de vacuna estable y relativamente sencillo.

Por el contrario, el VIH muta continuamente, lo que lo convierte en el objetivo más complejo jamás encontrado para el desarrollo de una vacuna. A pesar de la naturaleza sin precedentes del desafío, los investigadores siguen creyendo que una vacuna contra el VIH no solo es esencial, sino también posible. Se están desarrollando nuevas tecnologías, y los investigadores y miles de voluntarios colaboran con múltiples esfuerzos.

La primera demostración de que una vacuna podría reducir el riesgo de contraer el VIH dinamizó el campo en 2009. En un ensayo realizado en Tailandia, llamado RV144, los participantes que recibieron la vacuna de prueba tuvieron un 31% menos de probabilidades de infectarse con el VIH durante el ensayo, un resultado prometedor, pero no lo suficientemente fuerte como para autorizar la vacuna.

Desde entonces, los investigadores han estado trabajando para modificar el régimen con la esperanza de aumentar su impacto, pero sin éxito hasta ahora. Aun así, el RV144 demostró una prueba de concepto clave: una vacuna contra el VIH era posible.

Durante los últimos siete años, los científicos que trabajan con Janssen Pharmaceuticals se han centrado en el desarrollo de una candidata a vacuna utilizando el adenovirus común-26 como vehículo. Este mismo adenovirus se aplicó rápidamente a la vacuna de la covid-19 de Janssen, que se utiliza ampliamente en todo el mundo.

Proyectos Imbokodo y Mosaico

Lamentablemente, un gran ensayo de eficacia de esta vacuna candidata contra el VIH en el sur de África, llamado Imbokodo, acaba de terminar con un hallazgo de niveles insignificantes de protección. Una versión ligeramente modificada de esta vacuna contra el VIH se sigue investigando en el ensayo Mosaico. En este estudio se han inscrito 3.800 hombres y personas trans que tienen relaciones sexuales con hombres en centros de estudio de España, Argentina, Brasil, Italia, México, Perú, Polonia y Estados Unidos. Los resultados se esperan para 2023.

Hay docenas de enfoques adicionales de vacunas contra el VIH en desarrollo, incluyendo algunos basados en la plataforma de ARN mensajero (ARNm) —que también se ha utilizado en vacunas de la covid—. Algunas están diseñadas para provocar anticuerpos ampliamente neutralizantes, otras anticuerpos no neutralizantes, otras están destinadas a generar respuestas de células T, y otras intentan provocar una combinación de estas.

Los investigadores llevan mucho tiempo observando que una proporción muy pequeña de personas tiene cierta inmunidad natural a la infección por el VIH. La copia de los anticuerpos ampliamente neutralizantes (bNAbs) que producen estas personas ha abierto otra vía potencial de investigación de la vacuna contra el VIH, denominada ‘inmunización pasiva’, en la que, en lugar de inducir al organismo a producir anticuerpos para combatir la infección, estos anticuerpos podrían infundirse directamente en el cuerpo.

Las investigaciones indican que podrían necesitarse combinaciones complejas de anticuerpos para neutralizar el VIH, y los planes para probar combinaciones de bNAb, administradas mediante una inyección, están avanzando.

En las páginas de recursos de la vacuna contra el VIH de AVAC se puede encontrar mucha más información sobre el progreso de los actuales esfuerzos de investigación de la vacuna contra el VIH.

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Agencia Sinc
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