Muchos países en el mundo, utilizan el gas lacrimógeno como una estrategia de la policía y los militares para dispersar a multitudes en ciertas situaciones que, en su mayoría son las protestas a las que llegan gran cantidad de personas.
Se define gas lacrimógeno como: un arma química destinada a producir una irritación sensorial. Pese a que su uso fue prohibido desde la Convención de Ginebra en 1993, continúa siendo implementada por diferentes naciones.
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En Colombia, por ejemplo, es bastante habitual que, en las manifestaciones, el ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) utilice dicho químico irritante, para ahuyentar a la multitud que está en un lugar determinado.
Quien se ve expuesto al gas lacrimógeno, dentro de unos 20 0 30 segundos posteriores, empieza a sentir efectos inmediatos típicos como, ardor en los ojos, la nariz, la boca, la piel, y las vías respiratorias, haciendo que, naturalmente, la persona trate de buscar un lugar seguro, libre de la sustancia.
A pesar de que se trate de implementar algunos antídotos caseros, como la leche o bicarbonato con agua, que disminuyen la intensidad de la irritación, no hay algo 100% efectivo que retire las sensaciones; lo único que se puede hacer es esperar un tiempo a que el efecto de desvanezca.
El químico es un arma que no se considera letal, sin embargo, tiene diferentes compuestos que pueden causar síntomas más graves, dependiendo la concentración del gas y el tiempo en exposición, además de los efectos sobre diferentes patologías médicas.
Aunque parezca o tenga ilusión de humo, el gas lacrimógeno es realmente un polvo cristalino de color blanco, que está combinado con otros elementos para que se pueda propagar por el aire.
Cuando las fuerzas públicas lanzan el químico irritante en un espacio cerrado, donde las personas lo inhalan de manera más concentrada y por un tiempo largo, este puede generar síntomas secundarios más graves.
Suele causar, por ejemplo, diarrea, vómito, quemaduras en la piel, daños oculares mayores; como un desgarro conjuntival o un edema estromal de la córnea.
Por otro lado, quien tenga una enfermedad cardiaca subyacente, tiene mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o también los que tengan problemas respiratorios, pueden sentir efectos más graves con la exposición al gas lacrimógeno.
Además, también se ha hablado de lo que pasa si una lata del agente tóxico se lanza a una multitud estando con su fecha de uso pertinente ya vencida. Según diferentes estudios, cuando el gas está vencido, a parte de perder una capacidad de explosión alta, los daños en el cuerpo pueden ser más peligrosos.
Los diferentes componentes del gas lacrimógeno, se descomponen después de su fecha de vencimiento, creando otras sustancia que pueden ser altamente tóxicas, como, por ejemplo, cianuro, ácido clorhídrico, óxidos nitrosos, monóxido de carbono, entre otros