Un tatuaje es para toda la vida, si así lo desea, pues actualmente también existen técnicas para removerlos, sin embargo no son tan accesibles ni indoloras, por eso en el momento en el que decida hacerse un tatuaje debe sentirse seguro y estar dispuesto a asumir cada uno de los cuidados que requiere este tipo de intervenciones.
Aunque hay diferentes posturas y recomendaciones a la hora de cuidar de los tatuajes, muchos coinciden en que los primeros treinta días son cruciales en cuanto a la cicatrización.
Pero para hablar de tatuajes es necesario primero aclarar que estos son una modificación corporal que muchas personas alrededor del mundo se hacen.
Figuras, textos y/o patrones son plasmadas con agujas u otro tipo de utensilios para inyectar tinta u otro tipo de pigmentos sobre la dermis, la segunda capa de la piel donde trabajan las glándulas sudoríparas, los folículos pilosos y las terminales nerviosas. Sin embargo, para simplificarlo un poco más y dejarlo más claro, un tatuaje es una cicatriz que se debe vigilar y cuidar adecuadamente.
Las primeras cuatro semanas son el tiempo en el que un tatuaje tarda en curarse, claro que el tiempo es relativo, pues este dependerá del tamaño de la pieza que se tatuó y la zona del cuerpo en la que fue hecha.
Algunas de las recomendaciones más importantes para este periodo de tiempo son:
- Mantener una buena higiene, lavando con agua fría la zona del tatuaje.
- Usar una crema humectante que ayude a la cicatrización de la herida, si ésta cuenta con filtro de protección solar mucho mejor. Esta también ayudará a prevenir la hiperpigmentación post inflamatoria que sucede cuando el tatuaje se tiende a decolorar.
- No exagere con el uso de cremas ya que podría sobrehidratar la zona del tatuaje y provocar que aparezcan ronchas o se generen alergias.
- Evitar el uso de jacuzzis, saunas, piscinas, ya que la herida podría infectarse.
- Evite en lo posible hacer ejercicio, pues el sudor podría no ayudar a cicatrizar la herida y quizás pueda hacer que se contamine.
- Use ropa holgada para evitar el roce y la fricción.
- Aunque pueda ser muy difícil, procure no rascarse ya que al hacer esto podría arruinar la definición y forma del tatuaje.
- Cuide de su alimentación, evitando las grasas, los condimentos o incluso alimentos irritantes.
Además de las recomendaciones descritas anteriormente, la precisión del tatuador es muy importante, ya que si es demasiado superficial la tinta se puede desintegrar por los procesos normales de regeneración de la piel, pero por otro lado, si se pigmenta muy profundamente el tatuaje se podría extender a través de las capas subyacentes de la piel generando formas descontroladas haciendo que el tatuaje pierda definición.
Elegir muy bien al tatuador también influirá en el resultado, pues si la penetración de la aguja sobre la piel es la adecuada la tinta no se alterará y el tatuaje mantendrá el aspecto esperado.
Como recomendación general es importante que los tatuajes se mantengan hidratados y se protejan del sol para mantenerlo nítido y evitar su decoloración precoz.