En un alarmante incidente ocurrido en el municipio de Anorí, Antioquia, un helicóptero Black Hawk de la Policía Nacional fue atacado mientras participaba en operativos en el Nordeste antioqueño. El ataque, atribuido a presuntos miembros de estructuras criminales, puso en peligro a 24 uniformados a bordo, todos ellos integrantes del escuadrón de élite Jungla, especializado en operaciones contra el crimen organizado.
El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, confirmó el atentado y aseguró que, afortunadamente, ninguno de los agentes resultó herido. "Este ataque es un claro ejemplo de los riesgos que enfrentan nuestros héroes en la lucha contra la criminalidad", señaló Rendón, quien destacó la importancia de las operaciones del escuadrón Jungla para contrarrestar la influencia de grupos ilegales, como las disidencias del frente 36 de las FARC, que aún mantienen diálogos de paz con el Gobierno Nacional.
Este ataque se produce en medio de una ola de violencia que ha afectado a la fuerza pública en varias regiones del país durante el último fin de semana. Un caso reciente que ha conmocionado a la opinión pública fue el asesinato del soldado Ángel Alberto Cerquera García, quien fue abatido por francotiradores del ELN en Morales, Bolívar. Cerquera, miembro del Batallón de Infantería de Selva N.° 48, fue asistido por su equipo médico, pero sucumbió a sus heridas.
El aumento de los ataques contra miembros de la fuerza pública pone de manifiesto la complejidad de la situación de seguridad en Colombia y la persistencia de grupos armados ilegales que desafían los esfuerzos del Estado por mantener el orden y la paz. Las autoridades continúan trabajando para desarticular estas estructuras criminales, mientras la comunidad observa con preocupación el desenlace de estos episodios de violencia.