Las niñas indígenas del Chocó reescriben su futuro
En el departamento del Chocó la expectativa de vida de niños, adolescentes y jóvenes es realmente baja. Una realidad que golpea especialmente a las niñas, que muchas veces terminan siendo víctimas directas o indirectas de las dinámicas sociales y del conflicto. Una situación que inspiró la creación del refugio Casa Hogar Niña María, que se ha convertido en un lugar seguro para que las niñas puedan aprender y soñar con un futuro.
Este refugio es una iniciativa de la Casa Hogar Alemania, una fundación que vela por el bienestar de niñas, niños y adolescentes en varias partes de Colombia, con un foco en el departamento del Chocó. Hoy en día, cerca de 15 niñas están bajo su techo, estudiando, aprendiendo manualidades, jugando e incluso interiorizando responsabilidades en medio de la convivencia.
Su funcionamiento es como el de un internado y son las propias familias de las niñas quienes muchas veces viajan horas en lancha hasta Istmina para que ellas puedan hacer parte de este hogar, que hoy en día les abre las puertas para algún día llegar a la educación superior. Se trata de todo un proceso que luego se conecta con Casa Hogar la Paz, siguiente fase de la iniciativa en la que algunas de estas mujeres terminan beneficiarias de becas completas para estudiar en la Universidad Tecnológica del Chocó.
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“Casa Hogar Alemania nació en el 2018, de la mano con la Diócesis de Istmina (Tadó), con el objetivo de acompañar el proceso de formación y empoderamiento de niñas y mujeres rurales. Una opción para estas niñas, que tengan un lugar seguro, alejadas de las dinámicas del conflicto, de la explotación infantil, laboral, sexual y en el que puedan formarse como líderes y referentes para su comunidad”, dijo a Kienyke.com Laura Morales, directora de proyectos en Casa Hogar.
La rutina de estas niñas es sencilla: de la mañana a la una de la tarde estudian en el colegio, en el tiempo libre hacen manualidades, estudian o escuchan música, y tras la cena se van a dormir. Un día tranquilo que en un departamento como el Chocó, muchas veces agitado por numerosas situaciones, es realmente un lujo.
En este colegio una de las principales dificultades para las niñas es la barrera del español, el cual aprenden paulatinamente e incluso a algunas de ellas ese contacto multicultural les ha despertado el sueño de querer aprender más idiomas y conocer muchos países.
“Siempre he querido en un futuro ir a diferentes países a conocer. Me gustan mucho los idiomas como el alemán, francés, coreano, inglés estoy iniciando y me gustaría aprender derecho”, aseguró Yesenia Achito Forastero, una de las 15 niñas de la Casa Hogar.
Las futuras abogadas
La mayoría de las niñas de la Casa Hogar Niña María sueñan con estudiar derecho para defender en un futuro los derechos de sus comunidades y de las mujeres. Una motivación que según Sally Asprilla, directora de residencias universitarias de la fundación, radica en la vulneración constante de esos derechos en la población chocoana.
“Estamos trabajando con ellas un proyecto que se llama quinceañeras empoderadas, ellas tienen la obligación de trabajar un proyecto social en su comunidad (...) Para nadie es un secreto que la zona nuestra es una comunidad muy vulnerada, donde los derechos no se respetan, eso es lo que hace que los jóvenes quieran salir a luchar por esos derechos”, asegura.
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Algo en lo que concuerda con el padre Edward Mena, vicario de pastoral de la Diócesis de Istmina, quien señaló a Kienyke.com que los niños son “los que más sufren” en una realidad de conflicto encabezada por el ELN y el Clan del Golfo. “Los desplazamientos, el reclutamiento, las violaciones, la incapacidad de acceder a la educación”, fueron algunas de las problemáticas señaladas por Mena.
Lo cierto es que estas niñas están más que preparadas para sortear todas las dificultades, empezando por el hecho de que la misma Casa Hogar en su funcionamiento interno tiene un sistema de gobierno en el que las niñas deciden por votación quiénes serán sus lideresas y ellas a su vez tienen la responsabilidad de guiar y ayudar a las demás. Como es el caso de Shirley Ismare Peña, la alcaldesa, una niña poderosa que ha llegado incluso a enfrentarse a “un diálogo con los grupos armados”, según cuenta Morales.
Llegando a la Universidad
Casa Hogar Alemania propone toda una línea integral de atención a niñas y mujeres, es por eso que el proceso en el refugio Niña María no es el final del camino. De hecho es solo el inicio, ya que la idea es que esas niñas lleguen a Casa Hogar la Paz, en Quibdó, donde tendrán la oportunidad de cursar algún programa de la Universidad Tecnológica del Chocó.
De hecho, la fundación también tiene un tercer hogar, en el cual recibe a todas esas mujeres que han sido víctimas de alguna clase de vulneración de derechos.
Actualmente, gracias a esta iniciativa 16 mujeres están cursando sexto semestre en distintas carreras y 14 ya van en cuarto semestre. Algunas estudian derecho, otras sociología, psicología, turismo, entre otras especialidades. Lo importante aquí es que cada una puede escoger su destino y saber que, junto a sus compañeras de casa, el día de mañana serán parte de las generaciones que generen un cambio positivo en el departamento.
Probablemente la frase más diciente sobre el impacto de todo este proceso, la dijo Dayana Romaña, una estudiante de derecho y sociología que hace parte de la Casa Hogar: “Que bueno saber que en tres años voy a tener amigas biólogas, psicólogas, trabajadoras sociales, contadoras ¿Qué tal que yo quiera montar mi propio consultorio jurídico? Es muy chévere saber que uno va a tener de todo un poquito”.