Tres años tuvieron que pasar para que Daniel Coronell y su familia volvieran a sonreír. Después de vivir momentos difíciles por el cáncer de su hija, el pasado fin de semana en su habitual columna dominical anunció que irían a la última quimioterapia desde aquel miércoles 12 de agosto de 2015 cuando le diagnosticaron esa enfermedad.
"Le ganaste el premio de montaña a la muerte". Así resumió Coronell la batalla que tuvo que afrontar toda su familia durante casi tres años. Hoy, más que nunca saben la importancia de dar gracias por un día más de vida.
116 noches pasó en la cama de un hospital su hija y 116 noches su familia estuvo a su lado. Su mamá nunca dejó que la viera llorar a pesar de lo duro que podía ser la situación que estaban viviendo. "Por duro que soplara el viento ella intentaba su mejor sonrisa, tomándote la mano, recordando puntillosamente el horario de las medicinas, leyéndote cuando no podías leer, o durmiendo a medias en la silla del lado", anota su texto.
"Gracias a ella todos salimos adelante. En medio de duros momentos de desesperanza, ella nos hacía entender la alegría inmensa de seguir juntos y el valor de seguir luchando". Sin embargo, no todas lograron ganar la batalla. En su columna, Daniel recuerda a Luchi, una niña venezolana de 5 años que batalló contra la leucemia, pero que desafortunadamente no pudo superarla.
Su texto también recuerda cómo a pesar de haber perdido su cabello, después de entender lo que esto significaba esa etapa para la vida, sorprendió un día a todos sus amigos en una fiesta al aparecer calva y con 30 kilos menos de peso por el rigor de la quimioterapia.
Hoy, aunque la campana sonó en el hospital para celebrar que el tratamiento de Gu había terminado, Daniel es consciente que el fantasma del cáncer siempre estará ahí presente. Pese a eso, esa campana "nos recordará que debemos seguir despiertos para siempre".
Definitivamente un día feliz para Daniel, Gu y toda su familia.
Un día feliz para Daniel Coronell
Mié, 06/12/2017 - 13:05
Tres años tuvieron que pasar para que Daniel Coronell y su familia volvieran a sonreír. Después de vivir momentos difíciles por el cáncer de su hija, el pasado fin de semana en su habitual column