Colombia amaneció con una de esas noticias que ya se hacen paisaje: una nueva masacre de tres jóvenes en la vereda El Águila, en la zona rural de Santander de Quilichao (Cauca).Un hecho que llega para alimentar la lista de 66 masacres ocurridas a lo largo de 2021.
La cifra proviene del observatorio de Derechos Humanos del Instituto de estudios para el desarrollo y la paz (Indepaz), que monitorea de forma constante distintos flagelos relacionados con el conflicto armado en Colombia. Mismo conteo que deja al departamento del Cauca como uno de los más afectados hasta el momento con 11 masacres y 37 personas asesinadas en lo corrido del año.
De acuerdo con la información revelada por esta ONG, las víctimas de esta matanza fueron tres personas de una misma familia, quienes, según las primeras informaciones, se encontraban en una fiesta en la que hombres armados dispararon indiscriminadamente contra los asistentes.
En la escena dos personas murieron fruto de las balas y una más quedó gravemente herida, falleciendo mientras era tratado médicamente.
Según Indepaz, en la zona donde fueron asesinados estos jóvenes tienen influencia el ELN, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, las Águilas Negras, así como los GAO-r de la columna móvil Dagoberto Ramos y Jaime Martínez.
La que ahora es la masacre 66 cometida en el transcurso del 2021, ha generado una gran cantidad de rechazos desde el ámbito político, social e institucional. El Gobierno Nacional, por ejemplo, anunció una millonaria recompensa por los responsables de la matanza. De acuerdo con el ministro de Defensa, Diego Molano, se entregarán hasta 100 millones de pesos por información que pueda conducir a su captura.
“No dejaremos que los narcoterroristas de las disidencias de las FARC amedrenten a la comunidad, con hechos como el de hoy en Santander de Quilichao. Ofrecemos hasta 100 millones de recompensa para dar con el paradero de alias ‘Darío’ de la ‘Dagoberto Ramos’”, aseguró el funcionario en su cuenta de Twitter.
Por su parte, algunos activistas, ciudadanos y políticos, no dudaron en rechazar estos actos, condenando además la falta de protección del Estado en los territorios y que los funcionarios del Gobierno sigan utilizando el término “asesinatos colectivos” para referirse a las masacres.
La situación en el Cauca es especialmente preocupante. Sumado a los 37 muertos en las masacres, en este departamento también se ha registrado el asesinato de 13 líderes sociales y siete excombatientes de las Farc. Una situación que se ha vuelto cotidiana en un país que, hace apenas unos días, lamentaba la muerte de un líder social en el Norte de Santander.
Persecución de las voces disidentes
Las cifras de Indepaz son un breve diagnóstico de la situación del país. El mapa de masacres en 2021 es un recordatorio de que la guerra en Colombia nunca se ha ido y que, lejos de eso, parece más viva que nunca.
En las 66 matanzas que han sucedido en el territorio nacional, han perdido la vida 240 personas. El departamento con mayor afectación en ese sentido ha sido precisamente el Cauca; seguido por Antioquia, con 10 masacres y 36 personas asesinadas; y el Valle del Cauca, con ocho masacres y 35 personas muertas.
Los otros departamentos con mayor número de masacres han sido Nariño y Caquetá, con seis cada uno y 44 personas asesinadas en total; y Tolima, con tres masacres que cobraron la vida de diez personas.
La cifra total de estos lamentables delitos resulta preocupante si se compara con el total de 91 masacres cometidas durante 2020, en las que murieron 381 personas en 66 municipios distintos.
Una realidad que obedece, entre otras cosas, a la escalada de la violencia contra voces disidentes en el país, dentro de los que se encuentran líderes sociales y de opinión, periodistas, personalidades políticas, activistas, entre otros.
Lo cierto es, que en ese sentido las cifras no son muy diferentes. En total, según Indepaz, han sido asesinados 108 líderes sociales en el país, así como 34 ex combatientes de las Farc.
En cuanto a los periodistas, por ejemplo, la Fundación para la Libertad de Prensa registra 408 violaciones que han generado 482 víctimas. Entre estas se han presentado 129 agresiones, 99 amenazas, 2 atentados, 14 detenciones ilegales, etc. Un escenario que posiblemente sea apenas la punta del iceberg de una guerra que se libra desde las sombras contra la opinión.