El senador y líder de la Colombia Humana, Gustavo Petro, anunció en su cuenta de Twitter que mantuvo una conversación telefónica con el senador demócrata estadounidense Bernie Sanders para tratar distintos temas. Entre ellos, la búsqueda de que desde Estados Unidos se auspicie una auditoría del software electoral colombiano de cara a las presidenciales de 2022.
Según Petro, lo que se habría mencionado en la conversación con Sanders, fue que sería bueno “auspiciar una misión electoral del Centro Carter con expertos en informática para auditar el software de cómputo electoral”. Algo que podría indicar cierta desconfianza de Petro frente al sistema local y la transparencia de los futuros comicios.
Una preocupación que, al parecer, también es compartida por su copartidarios y seguidores, quienes afirmaron que de llegar a darse esa cooperación, “se trataría de la mejor noticia para garantizar la transparencia de las elecciones”, según el senador Gustavo Bolívar.
Cabe mencionar que el Centro Carter es una prestigiosa organización sin ánimo de lucro, fundada en 1982 por el expresidente estadounidense Jimmy Carter, con el fin de ayudar en labores humanitarias como la búsqueda de la resolución de conflictos y la paz, el impulso de la democracia, los Derechos Humanos, la prevención y erradicación de enfermedades, así como también ha fungido como observador de procesos electorales.
La historia del Centro Carter (CC) en la observación de elecciones no es para nada vaga y está llena de episodios positivos y algunos otros polémicos. Una labor para la que ha contado con el apoyo de organismos como la División de Asistencia Electoral de la ONU, siempre con invitación del país local y con el visto bueno de los partidos involucrados.
Según su página oficial, el CC ha monitoreado 113 elecciones en África, América Latina y Asia desde 1989. Para ello, implementan un proceso de tres fases: revisión previa de leyes electorales, educación de los votantes, equidad en las campañas, impacto de las redes, etcétera; a eso le sigue la observación de la tabulación, disputas electorales y publicación de resultados; y finalmente un informe postelectoral con las conclusiones del proceso.
En general, se puede decir que el Centro Carter goza de una excelente reputación en el mundo y así como ha dado su visto verde a un buen número de comicios, también dio informes negativos por elecciones “completamente irregulares” como las de Panamá en 1989 y Perú en el 2000.
Venezuela y Jimmy Carter
El centro Carter es sin duda uno de los que más experiencia tiene en la observación electoral en Venezuela. No obstante, desde 2015 decidió retirar su oficinas de ese país, que operaron desde 2003 en Caracas (alcanzando a durar casi 13 años vigilando de cerca los procesos electorales en ese país).
"El Centro Carter aprovecha la ocasión para informar su decisión de cesar operaciones en Venezuela y enfocar sus recursos limitados en otros países que han solicitado su apoyo", indicó el informe de la organización, quien también anunció que seguiría realizando este proceso desde sus oficinas en Estados Unidos.
No obstante, la relación de Venezuela con el Centro Carter, específicamente de Chávez con el expresidente estadounidense (en el pasado), ha sido quizá uno de los episodios más controversiales de su participación en comicios internacionales. Una polémica que adquirió dimensiones importantes cuando en 2012 Carter aseguró abiertamente en un discurso que “el sistema electoral venezolano es el mejor del mundo”.
Lo anterior, refiriéndose a la victoria de Chávez en 2006 e intentado hacer un llamado a la calma frente a un proceso que despertaba bastante sospechas en los sectores de oposición al régimen por cuenta de presuntas ventajas del oficialismo (y que se enfrentaría de nuevo al chavismo ese mismo 2012).
Una frase que hasta el día de hoy le pasa factura a la credibilidad de Carter y que, incluso ante el trino de Gustavo Petro, muchas personas no dudaron en recordar. Algunos para advertir que pueden llegar a presentarse favoritismos en una posible auditoría y otros para ir en contra de lo que para ellos es una organización que avaló una situación injusta en el vecino país.
Otros temas de la conversación entre Petro y Sanders
La llamada de Sanders con Petro, según aseguró el mismo senador, no sólo obedeció a un tema electoral, sino que además fue un intento de acercamiento entre las fuerzas progresistas de los Estados Unidos con las colombianas.
De igual manera, Petro asegura que trabaja de la mano con este sector de la política de ese país para “observar que la ayuda militar y policial de los EEUU a Colombia se supedite al estricto cumplimiento de los derechos humanos en el país”. Algo que pasó de la teoría a la práctica durante el Paro Nacional, durante el cual varios congresistas de EEUU promovieron hacer recortes a la ayuda económica que recibe la fuerza pública.
El congresista Jim McGovern, por ejemplo, uno de los que apoyó la solicitud en junio de este año, habló con la Agencia Anadolu y aseguró que además de sugerir y apoyar el recorte financiero, está enfocado en evitar que el dinero de los contribuyentes estadounidenses sea utilizado para “dañar a los colombianos” que ejercen su derecho a protestar.
“Hemos alentado a la Administración de Biden a enviar una señal contundente al Gobierno colombiano de que estamos muy preocupados por lo que está sucediendo. Sugerí que suspendamos la asistencia de seguridad a Colombia, y ahora quiero asegurarme de que nada de nuestro dinero se vaya a la Policía Nacional”, dijo McGovern.
Un mes después, en julio, el Congreso de Estados Unidos aceptó condicionar la ayuda a la Fuerza Pública colombiana. Una medida que incluye la revisión de la entrega de recursos en función de cómo estos estarían siendo empleados por la Policía (con un enfoque especial en la protección de los Derechos Humanos). Una medida que hasta entonces solo aplicaba para el Ejército.
No obstante, no es mayor cosa la que se sepa de la conversación entre los dos políticos progresistas, aunque sí cabe destacar la posibilidad de que Gustavo Petro esté temeroso ante un posible fraude en las elecciones y esté buscando blindarse ante cualquier resultado (más aún con el fantasma de lo sucedido en Perú recientemente, donde la incertidumbre afectó gravemente la credibilidad del proceso y las instituciones).