El encontronazo entre el representante Gabriel Santos y las mayorías del Centro Democrático tiene un nuevo capítulo. El partido se pronunció por segunda ocasión frente a la presión que ha ejercido el congresista para que la presidenta de la Cámara, Jennifer Arias, permita el debate de su proyecto que busca reducir el receso legislativo.
Pese a que la iniciativa superó su primera vuelta sin mayores complicaciones, de hecho, fue votado de manera unánime, ahora parece morir lentamente. Arias lo tendría engavetado y el Centro Democrático optó por oponerse al proyecto, pues a través de un video publicado en redes sociales, señaló que sus congresistas trabajan hasta en vacaciones, dándole la espalda a reducir su receso de cuatro a tres meses.
"Trabajar, trabajar y trabajar" En el Centro Democrático trabajamos los 365 días del año, incluso en los dos recesos legislativos que van del 16 de diciembre al 16 de marzo y del 20 de junio al 20 de julio", trinó el partido, adjuntando algunas imágenes de reuniones que llevaron a cabo sus congresistas durante el receso legislativo.
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Este mensaje del uribismo se suma a un comunicado en el que rechazó "categóricamente el maltrato al cual ha sido sometida nuestra presidenta de la Corporación" y calificó como "matoneo" los ataques públicos por parte de varios representantes.
"Han acudido a los más bajos calificativos para atacar a una mujer de región quien hoy ostenta la mayor dignidad de la Cámara de Representantes", reza el documento.
Así las cosas, el proyecto de Santos que busca reducir el receso legislativo parece que seguirá engavetado. De manera que la idea de que las sesiones ordinarias inicien a partir del 16 de febrero y no desde el 16 de marzo se aleja de la realidad.
Es más, se ha llegado a especular que el aval del hijo del exembajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco 'Pacho' Santos, para las elecciones legislativas de 2022 estaría en peligro. El representante es el "rebelde" del Centro Democrático y su actitud podría costarle el respaldo del partido.
Diferentes sectores políticos y sociales han cuestionado que el Congreso le esté dando la espalda a esta iniciativa, entre otras cosas, porque el receso legislativo anual suma cuatro meses (el equivalente a 120 días). Algo que dista mucho de la realidad de la mayoría de colombianos que disponen por ley de apenas 15 días de descanso al año.