Después de 51 días, el proyecto para reducir el receso legislativo recibió todas las firmas requeridas para continuar su trámite en segunda vuelta. Sin embargo, el panorama es poco optimista, pues el tiempo se convierte en su peor enemigo, ya que debe superar cuatro debates en menos de tres meses.
Lo primero que hay que señalar es que las demoras para la discusión de este proyecto del representante Gabriel Santos son consecuencia de la ausencia de la firma de la presidenta de la Cámara, Jennifer Arias, necesaria para que la iniciativa siga haciendo su trámite.
Santos presionó por distintos medios a Arias para que pusiera su firma en el proyecto, esta gestión le costó en el Centro Democrático, partido al que pertenecen los dos. Diferentes congresistas rechazaron su estrategia y el partido emitió un comunicado en el que, entre otras cosas, señaló que "trabajan hasta en vacaciones", dándole la espalda a la propuesta del representante.
Hoy, casi dos meses después de que iniciara la controversia entre Santos y Arias, la presidenta de la Cámara firmó el proyecto y en las próximas semanas será discutido. Pese a que parece despejarse el camino, el poco tiempo de legislatura pone en duda su aprobación.
"Ya firmado el proyecto que reduce el receso legislativo, nuestro peor enemigo es el tiempo. Es casi imposible lograr que se den los cuatro debates que le hacen falta", afirmó Santos.
El representante hizo un cálculo optimista del futuro del proyecto, partiendo de que en la semana del 11 de octubre curse su quinto debate y el 30 de noviembre logre su aprobación en la plenaria del Senado.
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Al fenómeno tiempo hay que sumarle el respaldo del Congreso. En su primera vuelta recibió un apoyo unánime y fue aprobado sin mayor oposición. Sin embargo, la discusión que cazó con Arias podría costarle los votos de sus copartidarios.
¿En qué consiste el proyecto?
Actualmente los congresistas sesionan en el primer semestre del año, desde el 16 de marzo hasta el 20 de junio y en el segundo semestre desde el 20 de julio hasta el 16 de diciembre, es decir, cuentan con cuatro meses de vacaciones o de receso legislativo (muchos dicen trabajar durante los meses que no asisten al Congreso).
Este proyecto busca que el receso de los congresistas se reduzca un mes. De manera que las sesiones ordinarias tendrían que iniciar a partir del 16 de febrero y no desde el 16 de marzo.
Vale la pena mencionar que, la propuesta inicial del representante Santos buscaba que las sesiones iniciaran el 16 de enero, pero dicho planteamiento no fue aceptado por la Cámara de Representantes.