El exalcalde de Bogotá y actual precandidato a la Presidencia, Enrique Peñalosa, lanzó su libro 'Ciudad, Igualdad, Felicidad', una obra en la comparte su visión de país y su propuesta para construir diversas formas de igualdad con el fin de lograr que nadie se sienta inferior o excluido.
Según narra Peñalosa, su libro parte de la premisa de que por más que se disminuya la desigualdad, en la economía de mercado, que ha sido adoptada por casi la totalidad de países del mundo, inevitablemente habrá grandes diferencias de ingreso. Por lo que se debe implementar una nueva forma de construir igualdad, puesto que considera que su antónimo es el mayor obstáculo para la consolidación de mejores ciudades.
El dos veces alcalde de Bogotá menciona aspectos básicos para conseguir la construcción de diversas formas de igualdad. Entre ellas, la gestión de la tierra, normas urbanísticas, transporte, espacio público, agua, parques y el liderazgo requerido para tal objetivo.
En su relato, Peñalosa recuerda que casi todas las grandes ciudades del mundo están creciendo y que cientos de ellas en desarrollo multiplicarán varias veces su tamaño durante las próximas décadas. Dado que, como dice el libro, una ciudad es un medio para una manera de vivir, la histórica construcción de ciudades que tendrá lugar representa una oportunidad única para lograr modos de vivir mejores y más felices.
Del mismo modo, como ha enfatizado a lo largo de su carrera, señala que la calidad urbana es el factor más crítico de la competitividad económica contemporánea, que depende, más que del capital, de personas excepcionalmente buenas en lo que hacen, quienes pueden escoger dónde vivir.
"La ciudad es lo más importante para el crecimiento económico, más que la tasa de ahorro o inversión. Porque atrae y retiene personas calificadas, productivas y creativas; además, a turistas e inversionistas", expone.
En los primeros capítulos, el aspirante a la Presidencia recuerda el trato que recibió en su etapa de colegio por el trabajo de su padre, cuando fue gerente del Instituto de Reforma Agraria, el cual estaba expropiando grandes latifundios improductivos para distribuir la tierra a campesinos pobres.
Según relata, las familias de los niños de clase media-alta con los que estudiaba eran dueñas de extensas propiedades rurales; mismas que estaba expropiando el instituto que dirigía su padre, por lo que la relación con sus compañeros fue tensa. Sin embargo, afirma que aprendió que los cambios importantes generan este tipo de situaciones, pero, sobre todo, que vale la pena dar algunas peleas, como la de la igualdad, sin importar los costos o las derrotas.
Tal como sostiene en las diferentes entrevistas que concede, se obsesionó en encontrar la fórmula para lograr que Colombia superara la pobreza y alcanzara la igualdad. Cuenta que desde sus 13 años temas como el desarrollo económico y la igualdad se volvieron infaltables en sus conversaciones.
En el libro también recuerda que desde temprana edad entendió que el socialismo no producía el desarrollo económico esperado. Y tampoco igualdad, puesto que los burócratas comunistas gozaban de toda clase de privilegios. Por lo anterior, casi que con resignación, se convenció de que la propiedad privada y la economía de mercado eran la mejor manera de administrar la mayor parte de los recursos de la sociedad, para tener crecimiento económico.
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El columnista Mauricio Rodríguez Múnera opinó que este libro resulta fácil e interesante para los que no son expertos en urbanismo, puesto que de manera sencilla explica valiosas lecciones para el futuro de las ciudades en donde vivirá más del 80% de los habitantes del planeta en las próximas décadas.
"La ciudad habla. Cada edificio, cada espacio peatonal, cada rincón, expresa algo, a veces lo grita. La ciudad sin andenes, con vías amplias sin intersecciones, en la que los ciudadanos tienen que correr para evitar ser arrollados por carros que los embisten, expresa que la vida humana no es importante. Una buena ciudad hace lo contrario: en cada detalle manifiesta que el ser humano es sagrado", reseñó del texto.
Finalmente, hay que señalar que sumado a los discursos, las entrevistas, y otros instrumentos de comunicación política, los libros siguen siendo una de las mejores herramientas para evidenciar el conocimiento y darse a conocer ante el electorado colombiano. En la actual campaña presidencial seis de la larga lista de precandidatos lanzaron libros en los que tratan los problemas del país y plantean sus fórmulas para resolverlos.