La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, una de las entidades más cuestionadas de la actualidad por cuenta de los múltiples escándalos de corrupción que se han revelado, sigue estando en el ojo de la opinión pública al ser considerado por muchos como la caja menor de los gobiernos, incluyendo también las pasadas administraciones de Juan Manuel Santos e Iván Duque.
Así lo denunció por ejemplo el senador Antonio Correa quien durante una intervención en el Congreso de la República expuso varias irregularidades en la entidad durante el año 2022, más exactamente durante la pandemia por COVID-19 por la que atravesó Colombia y el mundo y significó un reto para la atención médica en muchos aspectos.
“Son 12 años que se cumplen el próximo 3 de noviembre, de desidia, de tirar todo por la borda, de ser la caja menor de los gobiernos de turno, y desde el 2011 hasta la fecha esa entidad celebró 13.813 contratos. Para quienes creen que el tema de los carrotanques, las ollas comunitarias y la maquinaria amarilla es de hoy, no señores. Desde esa época en que nace, se lleva el record en el primer año con 1065 contratos”, manifestó inicialmente Correa, quien aseguró que la corrupción ha estado siempre presente en la entidad.
“Con un modus operandi bastante particular, bajo figura de convenios interadministrativos que nunca se publicaron, que nunca se comentaron, porque para esa entonces los órganos de control no miraban para allá”, agregó.
Respecto a las irregularidades durante la pandemia por COVID-19 el senador cuestionó la falta de control en el momento de las contrataciones, mismas que fueron entregadas a empresas con poca experiencia o con objetos misionales muy diferentes a los pactados.
“En pandemia la empresa UB SAS, celebró un contrato por $93 mil millones para proveer 900 ventiladores (UCI), lo que no le dijeron al país es que esa empresa era experta en comercio de bebidas y tabaco. En pandemia le entregaron a una dudosa unión temporal un contrato por $38 mil millones para comprar tapabocas. ¿Quién contó cuántos tapabocas se compraron con esa cantidad de dinero?”, renunció.
De hecho, fue tal su preocupación respecto a la corrupción en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo que, a su consideración, solo le queda al gobierno liquidarla ante las graves irregularidades que dentro de sus pasillos se vendrían presentando.
