La primera ministra, de 42 años, hizo el anuncio durante una reunión del Partido Laborista y aseguró con voz trémula: "No tengo suficiente energía para seguir con el trabajo. Es el momento".
La carismática política consiguió en octubre de 2020 revalidar su mandato con una aplastante mayoría y que el Partido Laborista gobierne en solitario, algo que ninguna formación neozelandesa había logrado desde la reforma electoral de 1996.
"No lo dejo porque sea duro, lo dejo porque este trabajo conlleva una gran responsabilidad, y no tengo suficiente energía para hacerle justicia", explicó durante una rueda de prensa Ardern, quien dijo que será siempre el cargo "más bonito" de su vida.
La política neozelandesa afirmó que no tiene planes una vez abandone el puesto y que aprovechará para pasar más tiempo con su familia, mientras piensa en cómo continuar "ayudando a Nueva Zelanda".
También afirmó que ella no ha elegido sucesor, y en los próximos días habrá una votación en el seno de su partido para elegir candidato, con Nueva Zelanda celebrando elecciones el próximo 14 de octubre.
Su anuncio se produce mientras sondeos de los últimos meses dan cierta ventaja al opositor Partido Nacional para las elecciones.
Ardern se convirtió en la mujer dirigente más joven del mundo cuando fue elegida primera ministra en 2017 a los 37 años.
Durante su mandato, Nueva Zelanda ha atravesado numerosos retos, recordó ella misma hoy, como la pandemia de covid-19, el atentado en dos mezquitas en Christchurch en 2019, que dejó 51 muertos, o la erupción del volcán White Island ese mismo año.
"Soy humana, los políticos somos personas. Para mí, ha llegado el momento", justificó Ardern visiblemente emocionada, afirmando que su país está "en un mejor lugar" ahora en varias áreas que hace años, entre ellas en la lucha contra el cambio climático.
"Se puede ser amable y fuerte, y también ser el tipo de líder que sabe cuándo es el momento de marcharse", arguyó.