El resultado de las elecciones en Estados Unidos que podría no conocerse en la noche de este martes de 3 noviembre tiene a muchos en ese país al borde de un infarto, en medio de un clima de tensión no vivida en su historia reciente, por la posibilidad de que el nombre del ganador se revele muchas horas e incluso días después y que ha hecho que el presidente Donald Trump lo califique de fraude y anuncie que impugnará si el resultado no lo favorece.
Se trata de una jornada electoral que rompió con los esquemas tradicionales de hacer campaña, gracias a que Trump con su estilo “no político” y con el lema “Estados Unidos primero” cambió las costumbres, que solo se sabrá si calaron para bien o para mal suyo entre los votantes.
Inmenso universo de electores
En Estados Unidos cerca de 230 millones de personas están habilitadas para votar, sin embargo muchos de estos adultos no acuden a las urnas, el voto no es obligatorio, pero se prevé que en esta oportunidad la votación batirá record.
Los cambios generados por su estilo, que a muchos molesta, pero a sus seguidores atrae porque van en contravía de la vieja política de “lo mismo de siempre” motivaron reacciones inesperadas como las de la llamada generación Z, los jóvenes que no lo soportan y la comunidad negra que se siente perseguida por Trump, saldrán a votar para impedir que siga en la Casa Blanca.
La lista de los aspectos novedosos, curiosos y atípicos en un país donde el orden y la organización priman, la encabeza la posibilidad de que el resultado sobre quien es el ganador no se conozca en la misma noche de este martes 3, sino días después por el uso del correo para votar, lo que retrasaría la entrega del dato final sobre quien es el nuevo presidente.
A diferencia de otras elecciones en las que el pueblo estadounidense decide su voto motivado por cómo va la economía, en esta oportunidad la pandemia del coronavirus es un factor nuevo que podría ser determinante.
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El presidente Trump, para convencer a los electores se juega la carta del manejo de la economía durante su mandato, a la que califica como “la mayor economía en la historia del mundo”. Por su parte Joe Biden se mueve destacando el mal manejo que le ha dado a la pandemia del Covid la actual administración y que ya deja 9.3 millones de personas contagiadas y más de 232,000 personas fallecidas.
¿Quién será el próximo líder de Estados Unidos? Aquí le contamos todo lo que necesita saber sobre el duelo por la presidencia del país norteamericano:
La clave está en los datos y cifras
- Para ser presidente de Estados Unidos la Constitución establece que cualquier persona puede ser candidato(a), ser ciudadano estadounidense de nacimiento, mayor de 35 años y que haya residido permanentemente en el país al menos durante 14 años seguidos.
- Las elecciones no solo son para elegir presidente también para renovar las dos cámaras del Congreso, 35 curules del senado y 435 en la Cámara de Representantes, así como algunos cargos estatales y locales. Los demócratas tienen la mayoría en la Cámara de Representantes y todo parece que la mantendrán. Si Biden es el presidente podrían tomar también el control del Senado
- En las encuestas al 1 de Noviembre - Joe Biden cuenta con más seguidores que Donald Trump, pero eso no garantiza que el demócrata gane, como pasó con Hillary Clinton que sacó más votos que el hoy presidente pero por el sistema del Colegio Electoral - integrado por 538 electores repartidos en los 50 estados del país- perdió la elección.
- Diez estados son claves para el triunfo de alguno de los dos, para Trump cinco resultan muy importantes pue le dieron la victoria en 2016: Pensilvania, Wisconsin, Michigan, Florida, Iowa y Ohio .
- Para Joe Biden el reto al que le apunta es arrebatar a los republicanos su dominio en Georgia, Arizona, Carolina del Norte y Texas.
- Son pocos los presidentes en Estados Unidos que no lograron un segundo mandato. Herbert Hoover, quien en 1932 perdió frente al demócrata Franklin D. Roosevelt por más de 400 votos electorales.
- En 1976 tras la renunicia de Richard Nixon renunciara vicepresidente Gerald Ford sumió y se postuló para ser elegido y seguir en la Casa Blanca pero perdió por 57 votos electorales frente al demócrata Jimmy Carter.
- En 1980 Carter fue derrotado en su intento de reelección por Ronald Reagan, quien obtuvo 489 voto del colegio electoral, frente a 49 del demócrata.
- Llegando a la década de los noventa, específicamente en 1992, George H. W. Bush repostulaba a la presidencia frente al demócrata Bill Clinton. Pese a sus esfuerzos, Bush no pudo contra el carisma de Clinton, que ganó las elecciones con 370 votos frente a 168 del republicano.
- El último fue George Bush padre. Según el promedio de encuestas de RealClearPolitics, Trump pierde en los sondeos por 7,7 puntos, pero la distancia se reduce en los estados que realmente importan, donde va debajo por 3,8%, casi el margen de error.
- El número 270 es determinante en el caso del Colegio Electoral, porque es el que a la final vota para decidir quien es el ganador. Los estadounidenses votan por los 538 integrantes de ese cuerpo. Para llegar a la Casa Blanca, un postulante debe obtener al menos esos 270 votos del Colegio
- El número de electores que cada estado tiene en el Colegio depende de su cantidad de representantes en la Cámara de Representantes, cifra basada en la población de cada entidad, más los dos senadores que tiene cada demarcación.
El voto ausente y los gastos
- La votación anticipada ya excedió todos los cálculos, el martes 1 de noviembre 97 millones ya habían sufragado bajo la modalidad del “voto ausente” a través del correo, que se estableció para evitar aglomeraciones que pongan en riesgo a los votantes de contagiarse de coronavirus.
De los 50 estados 9 y el distrito de Columbia escogieron el sistema de voto por correo, en 36 es opcional y en los estados de Missisipi, Louisiana, Tenesee, Texas e Indiana se debe hacer presencial; para enviarlo por correo deben tener una justificación válida.
También los gastos de campaña batieron récord en 2020 frentea a otras elecciones. El total del presupuesto invertido entre los dos ascendió a U$6.600 millones de dólares, lo que significa 2.000 millones de dólares más que en 2016, según un estudio del Center for Responsive Politics.
El total incluyendo las campañas para congreso ascendió a 14.000 millones de dólares, es decir que los aspirantes a senado y cámara invirtieron más de 7.000 millones en sus campañas
