Alemania homenajeó una vez más a los miembros de la conspiración militar que intentó asesinar hace 80 años a Adolf Hitler con un recuerdo a la resistencia y un llamamiento a permanecer vigilante en un momento en el que la seguridad y la paz en Europa están en peligro por el extremismo y la guerra rusa en Ucrania.
"Nuestra democracia depende de nuestros incansables esfuerzos, del compromiso de todos y cada uno de nosotros", dijo el canciller alemán, Olaf Scholz, en una ceremonia en el patio de honor del Memorial de la Resistencia Alemana, en el Ministerio de Defensa.
Desde el lugar histórico de la conjura -donde el coronel y conde Claus Schenk von Stauffenberg, autor material del intento de asesinato del dictador, fue fusilado la misma noche del fracaso de la "Operación "Valkiria" junto a otros cuatros oficiales- Scholz dijo que la democracia "prospera oponiéndose a todas las formas de misantropía y extremismo".
De 1944 a 2024
"Por eso digo aquí, 80 años después del 20 de julio de 1944, muy claramente: los que luchan contra nuestra democracia se encontrarán siempre con nuestra decidida resistencia", señaló.
Scholz no mencionó a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), segunda fuerza en el país y primera en el este en las recientes elecciones europeas y cuya cúpula dijo a la víspera que Von Stauffenberg y los resistentes del 20 de julio eran "patriotas que creían en el futuro de los alemanes".
Este mensaje es relevante también hoy "en estos tiempos turbulentos en los que la seguridad y la paz en Europa están en peligro", enfatizó.
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En ese sentido, Scholz cerró su discurso con un llamamiento a la "vigilancia en la defensa de nuestra democracia", que este año celebra los 75 años de la Ley Fundamental y los 35 años de la revolución pacífica que acabó en la reunificación alemana. También, recordó cómo fue aquella operación que casi logra acabar tempranamente con la vida de Hitler y la guerra en Europa.
¿Cómo fue el atentado a Hitler?
Hace 80 años por la mañana Stauffenberg despegó de un aeródromo cerca de Berlín, para llegar a la "guarida del Lobo", el cuartel general fuertemente custodiado de Hitler en la soledad de Prusia Oriental.
Stauffenberg y su ayudante, el teniente primero Werner von Haeften, llegaron poco antes de una reunión de situación a las 12:30 horas. El maletín del coronel contenía una bomba con temporizador; la colocó muy cerca de Hitler, que estaba sentado en el centro de la mesa y abandonó la sala con un pretexto.
A las 12:42 la bomba explotó. Stauffenberg y Haeften lo vieron desde una distancia segura y volaron a casa, a Berlín, creyendo que Hitler no podía haber sobrevivido y dispuesto a seguir con su plan de negociar el fin de la guerra con los aliados.
En el atentado murieron cuatro hombres, pero Hitler sólo resultó levemente herido porque un participante en la reunión había desplazado el maletín con el zapato ligeramente, haciendo que el pesado pie de la mesa se interpusiera entre la bomba y Hitler.
Unas 200 personas fueron ejecutadas o conducidas a la muerte de otra manera tras el fallido intento de golpe de Estado y las familias de los combatientes de la resistencia fueron perseguidas por la Gestapo, la policía secreta de Hitler.