Está comprobado que las mascotas también sufren enfermedades que afectan a los humanos. Una de las que puede llegan a causar mucho malestar en ellas son los cálculos urinarios, que normalmente se generan debido a la acumulación de minerales en el cuerpo.
Los cálculos surgen, además, porque hay bacterias que descomponen la urea de la orina en amoníaco, y cuando eso sucede, se alcaliniza generando las incómodas piedras en las mascotas, que aunque no representan demasiado peligro para ellos, si les genera dolores severos.
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Hay razas de perros y de gatos que son más susceptibles a los cálculos en diferentes composiciones. Los perros dálmatas podrían llegar a ser la raza de canes más propensa a sufrir de cálculos, aunque los estudios no han sido 100 por ciento veraces.
Por eso, debe estar pendiente de los síntomas para saber si su mascota padece de ese padecimiento. Los principales son sangre en la orina, dificultad para orinar, micciones frecuentes y cortas, lo que puede producir obstrucción total o parcial del flujo de orina.
Si las piedras son muy grandes, pueden quedarse en la vejiga y causar inflamación y sangrado, mientras que si son pequeñas, su mascota podría expulsarlo, ya que se moviliza por la uretra con la orina, aunque también existe la posibilidad de que se mueva por la uretra, pero impida que su mascota orine.
Ante eso, lo mejor que usted puede hacer es llevar de inmediato a su mascota al veterinario, donde puede recibir tres tratamientos para la extracción y devolverle la tranquilidad.
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El primero es la disolución médica, que consiste en suministrarle medicamentos o cambios dietarios que modifiquen el pH de la orina. También está la fragmentación, también conocida como litotricia, que es la técnica en la cual se diluyen los cálculos con un láser, para que puedan ser expulsados por la orina más fácilmente.
La última, en un caso más extremo, especialmente cuando las vías urinarias estén totalmente obstruidas. Se procede a la extracción quirúrgica para evitar el dolor de la extracción natural y para devolver el flujo normal de la orina.
Para evitar que estas piedras nazcan, lo mejor es consultar con su veterinario para que tenga una dieta adecuada, que no afecte mucho el pH de su mascota, y que no le genere problemas intestinales que después deriven en cálculos.
