Aunque sea difícil de aceptar, todo dueño pasa por el momento en el que tiene que despedirse de su perro. Sin embargo, estos animales tienden a huir o esconderse cuando se les acerca la muerte y los humanos no se explican el porqué.
En la mayoría de casos, los perros crean un vínculo muy fuerte con la o las personas que cuidan de él. Por esto mismo los canes son considerados “el mejor amigo del hombre”, puesto que no abandonan a sus dueños ni en la situación más difícil.
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Solo existe una situación en la que un humano no puede seguir contando con la compañía y ayuda de su perro y es, cuando la vida del animal llega a su final.
Generalmente, estos amigos peludos dan señales de que la hora de su muerte se acerca, pues al igual que los humanos, la vejez o una difícil enfermedad traen consigo comportamientos diferentes que se pronuncian más fuerte cuando el cuerpo no resiste más.
Por ejemplo, al perro ya no le nace salir a la calle y rechaza totalmente la rutina diaria a la que estaba acostumbrado. También, puede que ya no quiera comer ni beber agua y prefiera solamente estar echado.
Sin embargo, la pista más alarmante que indica que el perro se dispone para morir, es cuando de un momento a otro busca un lugar apartado. Puede ser dentro de la misma casa o también huir de su hogar en donde no lo encuentren.
Existen varias hipótesis que buscan una explicación para este extraño comportamiento de los perros, que deja confundidos a sus dueños.
1. El vínculo con su dueño
Según veterinarios expertos, los canes logran ser conscientes del contexto y las sensaciones de sus dueños, por lo que al momento de morir ellos eligen irse lejos de su familia humana para no causarles dolor.
Cuando sienten que no tienen la misma vitalidad y perciben en sus dueños la tristeza que les transmite su estado, prefieren alejarse para evitar que sufran con su presencia. Además, en otros casos, también se habla de que por el amor que le tienen a su amo, no quieren ser una carga cuando están muy enfermos.
2. Psicología canina
A pesar de que los perros sean domesticados, aún conservan su instinto canino. Cuando vivían en manada, estos animales debían pensar en el bienestar de la manada, por lo que en el momento de sentirse muy enfermos debían dejar que los demás siguieran su camino y ellos se alejaban.
Este instinto de los perros es asociado con el comportamiento que ahora toman con sus familias humanas a la hora de morir, puesto que, de cierta forma, ponen en primer lugar la felicidad de su dueño.
3. Antiguas experiencias
Sí el perro ha tenido que pasar por ciertos tratamientos médicos debido a una complicación de salud, que hayan sido dolorosos para él, en la próxima oportunidad donde vuelva a tener síntomas de la enfermedad, puede que trate de evitar la molestia que vivió en algún momento. Por ello, huir o esconderse puede ser una de las alternativas que tome para no volver a sentir el dolor de un tratamiento.
