En la última semana, la capital del país ha sido testigo de graves intoxicaciones por consumo de licor adulterado. 23 es el número de personas que hasta el momento han fallecido debido a la ingesta de estas bebidas, que de algún modo, gente inescrupulosa logra modificar.
Marcas como Rey de Reyes, Cabañitas y Old John, que se reconocen como licores con un precio bastante asequible, se han visto perjudicadas por la alteración de sus presentaciones. Estas alteraciones fueron notificadas por el Invima y las autoridades locales de Soacha y Bogotá, quienes recomiendan a los colombianos abstenerse de consumir estos productos.
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Más allá de identificar si realmente es perjudicial para la salud tomar estos productos, Kienyke.com ahondó sobre la preparación de estas bebidas y cómo logran certificarse con el Invima para la distribución de los mismos.
Jairo Cruz Barrero, subgerente de Vinos Colombianos de Calidad, empresa fabricante del popular whisky Old John, conversó con Kienyke.com sobre el proceso que realizan para la comercialización de este producto y las recomendaciones que deben tener en cuenta los ciudadanos para identificar la legalidad del licor.
“La elaboración de nuestros productos es un proceso muy riguroso y que casi todas las empresas que fabrican licores lo tienen. Cada una tiene que hacer su compra de alcohol, que es la base principal, en su respectivo departamento donde opere. Los alcoholes se venden dependiendo del departamento donde se fabrique”, explicó Jairo.
Cada departamento tiene su propia fábrica que es el paso inicial para crear el producto que se desee vender. Asimismo, el subgerente profundizó en que la mayoría de las empresas de licor recurren a los mismos proveedores para las materias primas. En este caso, Vinos Colombianos de Calidad elabora sus propios envases plásticos y recurren a un proveedor para su presentación en vidrio.
“Que nosotros seamos uno de los tragos más económicos del mercado, no significa que seamos malos, o que nuestros procesos sean de alguna manera deficientes”, agregó.
¿Qué revisan los entes reguladores?
De acuerdo con Jairo, el Invima y los entes locales reguladores revisan un inventario que debe informar la cantidad de alcohol que se tiene y los productos que la empresa va a sacar, todo esto con el fin de controlar el contrabando, problema que hoy tiene en vilo a Bogotá.
“Si nosotros hacemos una compra de alcohol, esta compra se le reporta al Invima y ellos saben cuántas cajas vamos a producir. Ellos nos exigen tener un inventario al alcance de ellos para tener un control de la marca y los productos que nosotros fabricamos”, indicó.
Tras la verificación del Invima, las autoridades gubernamentales entregan una estampilla que avala el cumplimiento de todos los estándares que requiere el producto. Sumado a esto, trae un código QR donde el ciudadano puede validar toda la información de la elaboración del producto que se está consumiendo.
Otro método de verificación, no menos importante, es la etiqueta que trae el Old John. Allí se puede encontrar una numeración donde reposa la información de la bebida y que debe coincidir con un código, fecha y hora de producción.
“Esos números que aparecen en los lotes es información interna y nos sirve en el momento, por ejemplo, cuando hay incautaciones. La numeración nos certifica si nosotros hicimos el producto que las autoridades incautaron y si pertenece a un lote de nuestra producción”, puntualizó Jairo.
Por último, el subgerente indicó que adelantan una estrategia en redes sociales para quitar un estigma creado en torno a la marca. "Tenemos personas disponibles en nuestras redes sociales para que respondan a las inquietudes sobre los puntos de venta autorizados de nuestros productos. Estos canales están abiertos para que pregunten y se informen bien".
