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La Pastelería Santa Elena, una de las empresas más queridas y tradicionales de Colombia, atraviesa una crisis económica que pone en riesgo su futuro.
A pesar de su gran reputación y presencia en centros comerciales de todo el país, la baja en las ventas y la falta de liquidez han llevado a la compañía a acogerse al proceso de reorganización empresarial bajo la Superintendencia de Sociedades.
Esta medida busca salvar tanto a los empleados como los 25 puntos de venta que la empresa mantiene en ciudades clave del país.
Carlos Esteban Villa, gerente general de la Pastelería Santa Elena, explicó al La República en una entrevista que la crisis no se debe a una quiebra inminente, sino a la falta de recursos para honrar sus deudas.
“Tenemos varias razones sociales, pero en la parte de la fábrica es donde tenemos el proyecto, porque los almacenes o los que atienden a los clientes no están en esa figura”, indicó Villa, quien además aclaró que la reorganización no implica la liquidación de la empresa.
Un proceso de reorganización para salvar el negocio y los empleos
La entrada al proceso de reorganización tiene como objetivo principal fortalecer la estructura financiera de la empresa sin afectar a los empleados ni cerrar puntos de venta. Villa destacó que la compañía no tiene planes de cerrar ninguno de sus locales, e incluso se contemplan traslados o reubicaciones de algunos empleados, pero sin que esto implique la pérdida de puestos de trabajo.
“La idea no es cerrar, sino crecer”, afirmó el gerente, añadiendo que no se descarta adquirir nuevos puntos de venta si la ubicación es estratégica, especialmente en centros comerciales o barrios de alto flujo de personas.
La Pastelería Santa Elena, que ha tenido 12 de sus 25 locales en Medellín, y con presencia también en ciudades como Bogotá, Pereira, Montería y Barranquilla, ha sido un pilar de la gastronomía en Colombia. Sin embargo, el gerente señaló que la empresa no piensa en abandonar estas ciudades. “No tenemos pensado irnos de ninguna ciudad, y menos de Bogotá y Medellín, que son las principales”, aseguró Villa.
¿Cuáles son las causas detrás de la crisis económica?
El origen de la crisis de la Pastelería Santa Elena se remonta a la caída en las ventas tras la pandemia de COVID-19. Aunque la empresa experimentó una breve recuperación, la falta de crecimiento sostenido provocó una pérdida acumulada que ha afectado gravemente su flujo de caja.
Villa subrayó que los problemas financieros no solo están relacionados con la caída en las ventas, sino también con los altos costos laborales, los impuestos y el precio de la materia prima, que han sido cada vez más difíciles de manejar.
Un factor adicional que ha complicado la situación de la empresa son los cambios en las condiciones laborales que se implementaron durante el gobierno de Iván Duque. La reducción de la jornada laboral, aunque bien intencionada, ha generado un incremento en los costos laborales, ya que las empresas deben pagar más horas extras y recargos nocturnos cuando se tiene atención directa al público, como es el caso de la Pastelería Santa Elena.
El proceso de reorganización empresarial al que se ha acogido la Pastelería Santa Elena es un recurso legal para aquellas empresas que enfrentan dificultades económicas pero desean evitar la quiebra. Según la Superintendencia de Sociedades, esta medida permite que las empresas puedan reestructurar sus deudas y continuar operando, siempre y cuando haya un plan viable para recuperar su estabilidad financiera.
Este proceso es especialmente relevante en un contexto económico como el actual, donde muchas empresas están luchando por sobrevivir debido a los efectos de la pandemia, la inflación y otros factores externos. En el caso de la Pastelería Santa Elena, la reorganización no solo tiene como objetivo salvar el negocio, sino también proteger a los más de 1.000 empleados que trabajan en sus diferentes puntos de venta en todo el país.
¿Qué le espera al futuro de Santa Elena?
Aunque la crisis que enfrenta la Pastelería Santa Elena es seria, el hecho de que la empresa se haya acogido al proceso de reorganización muestra su disposición a seguir adelante. Con una estrategia enfocada en la reubicación de empleados y la expansión de nuevos puntos de venta, el futuro de la marca podría mejorar a medida que se recupere la estabilidad financiera.
Sin embargo, los próximos meses serán cruciales para la empresa. La capacidad de adaptarse a los nuevos desafíos del mercado y la gestión de sus costos operativos serán factores determinantes para su éxito. En un país donde el emprendimiento y la tradición empresarial son fundamentales, la Pastelería Santa Elena tiene la oportunidad de mantenerse en pie y seguir siendo un referente para los colombianos.
Con el respaldo de su proceso de reorganización, la marca buscará recuperar su estabilidad, seguir innovando y continuar endulzando la vida de millones de colombianos.