El Tribunal Superior de Bogotá disminuyó la pena de Julián Ortegón y Paul Naranjo de 41 años y 6 meses de prisión a 33 años y 3 meses, argumentando que el delito cometido contra Ana María Castro el 5 de marzo de 2020 no fue un feminicidio como fue la sentencia inicial, sino que fue un homicidio agravado.
¿Pero por qué cambiar de feminicidio a homicidio agravado?
Según el magistrado Mario Cortés, a pesar de que Paul Naranjo y Ana María Castro sostuvieron una relación durante 4 meses, no se comprobó actos de sometimiento y dominación mientras estaban juntos. Y aunque señaló que sí hay responsabilidad de los implicados en la muerte de Ana María, las pruebas presentadas por la Fiscalía no fueron suficientes para que siga la condena por feminicidio.
¿Cómo fue la muerte de Ana María?
Aunque ha habido mucha confusión frente a lo que pasó aquel 5 de marzo de 2020. Según los testimonios de los implicados y los videos que se conocieron tras la muerte de la joven de 21 años, Paul Naranjo salió de un bar en la zona rosa junto a Julián Ortegón, Ana María Castro y Mateo Reyes en su vehículo. En un momento del trayecto, Naranjo vio en el retrovisor que Ana María y Mateo Reyes se estaban besando, cosa que le molestó a Paul Naranjo y generó que este, junto a Julián Ortegón bajaran a Ana María y Mateo.
Sin embargo, las investigaciones señalan que Mateo fue bajado del carro antes que Ana María, dejándola sola con Paul Naranjo y Julián Ortegón.
Según uno de los expertos presentados por la Fiscalía General, previo a la caída de Ana María, se presentó un forcejeo al interior del auto y con una hoja de movimiento de la camioneta, se comprobó que nunca bajó la velocidad cuando Castro cayó del carro.
Mateo una vez vio cómo cayó a Ana María, intentó socorrerla y pedir ayuda para llevar a un centro de salud, lastimosamente al llegar al hospital Simón Bolívar de Usaquén, por el trauma craneoencefálico severo que tenía, sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció.
Por otra parte, tras el reciente fallo la mamá de Ana María, Nidia Romero expresó su descontento diciendo: “porque la vida aquí no vale nada a no ser que sea la de los hijos del supuesto poder”.
Asimismo, ha sido la propia Nidia quien desde que se dio el asesinato de su hija, ha emprendido una verdadera lucha con el fin de evitar que el caso quede impune.