Leidy Lorena Flórez Manrique fue asesinada en agosto de 2017 por su expareja sentimental y padre de sus hijos, Geovanni Alexis Ortiz Anaya, quien le propinó 15 puñaladas en diferentes partes del cuerpo. La razón: ella se negó a retomar la relación sentimental con él.
Todo ocurrió en el barrio Sevilla de Cúcuta, Norte de Santander. Ese día, Leidy Lorena celebraba el cumpleaños de uno de sus hermanos. En su casa estaban sus hijos, su nueva pareja sentimental y otros miembros de su familia.
Hacia las 1:30 de la tarde, Geovanni Alexis llegó a la residencia y le pidió que saliera para dialogar. Tras la insistencia, la mujer accedió a su petición, sin imaginar que estaba corriendo un riesgo mortal.
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En medio de la conversación, el sujeto le rogó a Leidy Lorena volver con él, pero ella lo rechazó. Ante la negativa, Geovanni Alexis enfureció y con el cuchillo de su trabajo como carnicero, la apuñaló hasta quitarle la vida.
Hermelina Manrique, madre de Leidy Lorena, se dio cuenta de la situación. Al tratar de auxiliar a su hija, también fue agredida por Geovanni Alexis, quien la apuñaló nueve veces. Sin embargo, ella sobrevivió al ataque.
Feminicidio, no homicidio
Tras dos años del crimen, el juicio contra el asesino de la mujer de 25 años llegó a su fin. Sin embargo, la sentencia proferida el pasado 12 de septiembre por el Juez Cuarto Penal del Circuito de Cúcuta generó indignación. El crimen fue tipificado bajo el delito de homicidio y no de feminicidio, delito por el cual el Código Penal contempla condenas más duras, no permite preacuerdos y las rebajas son menores para el que acepte los cargos. Los familiares de Leidy Lorena y colectivos feministas, alegan que hay pruebas suficientes para determinar que este caso sí corresponde a un feminicidio y que el juez no tuvo en cuenta la perspectiva de género para sentenciar al agresor. Gina Pineda Garzón, fundadora del Observatorio Ciudadano de Feminicidios en Santander, le contó a KienyKe.com que en el proceso se demostró que Leidy Lorena fue víctima de violencia física y psicológica antes de ser asesinada. Dijo que, en un principio, la Fiscalía General acusó bien a Giovanni Alexis, pero que después el funcionario judicial degradó el delito. "Se empeñó en invisibilizar y tolerar la violencia feminicida", señaló. Pineda Garzón explicó que el juez sustentó que Giovanni Alexis actuó a causa de 'celotipia' y de forma automática. "No analizó con enfoque de género que estas acciones se inscriben en un contexto de discriminación en el que las mujeres son asumidas como objetos. Leidy Lorena no deseaba retomar la relación y el agresor decidió escalar la violencia", manifestó.Agregó que, prácticamente, la sentencia avala que una expareja asesine a una mujer por considerarla de su propiedad.Yamile Roncancio, directora de la Fundación Feminicidios Colombia, señaló que básicamente el juez consideró que los celos "no están atravesados por el género". "A Leidy Lorena sí la mataron por ser mujer. Ese fue el castigo impuesto por su expareja como consecuencia de la negativa a no seguir con la relación y tener otra pareja", mencionó a KienyKe.com.
No es el único
Pineda Garzón mencionó que el asesinato de Leidy Lorena se suma a otros que han sido "invisibilizados y revictimizados por la misma justicia". Dijo que los casos de Sandra Durán, Leidy Tatiana García, Katherine Escalante, Yolsabet Durán, entre otros, "también fueron claros feminicidios juzgados como homicidios con penas irrisorias, ocultando la violencia de género". [single-related post_id="1154116"] Explicó que este problema está vinculado a factores como el desconocimiento de las normas, la ceguera de género, la violencia institucional sistemática y naturalizada y "el eficientismo con el que se trata de culminar rápido los procesos, aprovechando que en el delito de homicidio se pueden hacer preacuerdos y las rebajas por aceptar cargos son mayores".Pineda resaltó que para las víctimas constituye una denegación de derechos a la verdad, la justicia y la reparación. "Al ocultar el feminicidio (que es un delito autónomo) no se garantiza la verdad de los hechos y, por tanto, se deniega la justicia, no se reconoce la máxima expresión de las violencias contra las mujeres, como es darle muerte a una mujer por ser mujer", manifestó.Roncancio, por su parte, señaló que esta situación se presenta porque "los y las funcionarias judiciales no se capacitan en asuntos de género". "No se ha logrado entender que la violencia contra la mujer tiene unas características que están asociadas con los roles de género que nos han sido impuestos. Justamente el delito de feminicidio fue adoptado por la legislación colombiana para castigar esas violencias estructurales que nos afectan", finalizó.