Los hechos se presentaron en el palacio Ducal de Venecia, Italia. Un broche de oro, piedras preciosas y unos aretes que pertenecían a Hamad bin Abdullah Al Thani, jeque de Catar, y que estaban en una exposición temporal llamada ‘Tesoros hoghuls y maharajás’.
Menos de 25 años les tomó a los criminales hacerse a las lujosas alhajas. Lo primero que hicieron fue camuflarse entre los visitantes al palacio, y cuando estaban en la sala de la exposición, uno de los ladrones abrió la vitrina y sacó el botín que de acuerdo Il Messagero, diario local, sería de 3 millones de euros.
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Los implicados no entraron sino pequeñas herramientas para forzar los cristales. A cambio dejaron otras joyas para que la policía no se diera cuenta que hacían falta otros elementos.
Vito Gogliardi, comisario encargado de la investigación informó que ya hay un equipo altamente calificada trabajando en el caso. Lo primero que hicieron fue analizar las imágenes de las cámaras de seguridad. Por esa razón la policía dijo que los perpetradores “eran profesionales”.
La primeras hipótesis apuntan a que el robo había sido planeado meticulosamente desde día antes. Era necesario, por el nivel de seguridad del lugar, que los criminales hicieran estudios previos de la ubicación de las cámaras de seguridad, el tiempo de reacción, y el lugar en el que estaban resguardadas las joyas. Se cree que podría haber cómplices al interior del palacio.
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“La alarma era muy sofisticada, pero quienes cometieron la acción lograron que se activara tarde. Los ladrones incluso estuvieron tranquilos por un rato. Nos enfrentamos a profesionales que han logrado burlarse de los niveles más altos de seguridad”, dijo el comisario encargado de la investigación.
La familia real de Catar, por las riquezas del petróleo, está entre las más acaudaladas del mundo.
