Relaciones tóxicas: cómo identificarlas y superarlas

Mié, 18/05/2022 - 11:16
Es común que las relaciones tóxicas, en su mayoría, no tengan bases profundas que los estabilicen para de afrontar juntos, los desafíos de la vida y gozar de momentos naturales de felicidad.
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Cortesía Eric Warda

Es normal que existan problemas, diferencias y obstáculos en las relaciones de pareja, lo contrario sería que no existieran. Sin embargo, si se llega a una racha de situaciones negativas y conflictos constantes, hay que estar en la capacidad de reaccionar y evaluar aspectos como: discusiones repetitivas fuera de control, más sufrimiento que felicidad y más actitudes negativas que positivas. Si estas características están presentes en una pareja, definitivamente es una relación tóxica.

Las constantes peleas que parecen nunca terminar, poco a poco se convierten en un círculo vicioso y crean una rutina de competitividad íntima. Lo peor, es que parece imposible ponerle fin a este tipo de relaciones. 

Poco a poco se genera una dependencia emocional al normalizar situaciones de dolor, creyendo que no se puede vivir sin el otro, convirtiendo así el sufrimiento en rutina, que en psicología se denomina relaciones patológicas.

El origen de los malos amores

El origen de los malos amores
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Cortesía Ryoji Iwata

Recordemos que las relaciones tóxicas, en su mayoría, carecen de bases sólidas y maduras que, los estabilicen para de afrontar juntos los desafíos de la vida y gozar de momentos naturales de felicidad. 

Esta limitación se da por algunos bloqueos traumáticos que distorsionan la personalidad y las predisponen hacia las adicciones y dependencias psico-afectivas, las cuales son justificadas desde el ego enfermo para que les impidan reconocer las obsesiones en que están inmersos. 

Entonces, surge una mala gestión de la afectividad e inteligencia emocional, en la que los miembros de la pareja generan situaciones frustrantes y agobiantes cotidianas, pues cada uno deja sus expectativas personales en manos del otro, adquiriendo de esta forma, un estado de completa vulnerabilidad emocional. 

Sin duda, dicha problemática radica en que la persona evade la responsabilidad de su propio bienestar. Esto sucede, porque se “engancha” a las dependencias que ofrecen la publicidad de cientos de soluciones y productos inmediatos para “ser feliz” y evitar los procesos serios de confrontación de sus heridas esenciales, las cuales al ser sanadas le devolverán su individualidad y libertad personal. 

Es en este punto, donde la persona se ha convertido en la principal víctima de su despersonalización, falta de voluntad e incapacidad para decidir por sí mismo. Dichos desequilibrios afectan los tres ejes del amor que necesita desarrollar el ser humano a lo largo de toda su vida: el Eros, el Filios y el Ágape. 

La trilogía del amor sano

La trilogía del amor sano
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Cortesía Shoeib Abolhas

El amor Eros, es el amor de pareja, del romanticismo y el deseo, por lo cual está basado en la satisfacción sexual y en la atracción física. El amor Filios, hace referencia a lo fraternal y a la amistad, es un amor para compartir con todos, porque requiere de cariño, paciencia y apoyo. Finalmente, el Ágape proviene de la fuerza divina y sobrenatural, es la conexión más profunda de los tres amores pues involucra el corazón, la mente y la voluntad. Con este amor no se espera nada a cambio, por el contrario, se siente una plenitud de paz y serenidad. 

Ahora bien, ¿cuál es el vínculo de los amores Eros, Filios y Ágape con las relaciones tóxicas?

Podríamos deducir que el amor Ágape es de índole personal, el Filios familiar y el Eros de pareja, pero no es así. Los tres amores son fundamentales en una relación íntima, ya sea de novios o esposos. Aunque el Eros es el amor que está destinado únicamente a la vida en pareja, en ella, también es fundamental e incluso más importante la construcción del amor Filios y Ágape. 

El amor Eros es popularmente conocido como “química”. Es instantáneo e inestable, como una llama de fuego, se puede mantener, pero su inicio es automático. Una ráfaga de energía que hace sentir “completa felicidad” a la pareja. 

Sin duda, es fundamental para lograr una relación íntima, pero lamentablemente no es constante ni duradero, pues basa su fuerza en el impulso básico sexual, de atracción, curiosidad y en la incertidumbre de conocer al otro. Este amor surge fácilmente y puede ser efímero si no se desarrolla en conjunto con el amor Filios y Ágape.

La armonía de una relación de pareja depende profundamente del fortalecimiento continuo de una amistad, basada en la sinceridad, la comprensión y la diversión. Desde esta construcción, es ideal sentir seguridad y amor tanto en el sexo o en las actividades de ocio (cine, vacaciones, salidas a comer, etc.), como en situaciones de rutina e incluso de conflicto. 

La amistad verdadera proviene del amor Filios y ayuda a entender al otro como un ser que comete errores, alejando ese deseo de idealización y exageradas expectativas por encontrar la perfección en nuestra pareja. 

Ya explicado el amor Filios se puede comprender su importancia en una relación íntima, pues las parejas que no desarrollan este amor terminan muy pronto la relación al convertirla en tóxica. El amor Filios beneficia la convivencia y ayuda a mantener una relación estable y madura para lograr un despertar esencial hacia al descubrimiento del amor Ágape. 

Reflexiones para el cambio

Reflexiones para el cambio
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Cortesía Oscar Keys

Todas las relaciones que llegan a estar inmersas en círculos negativos han debilitado su amor Filios, pero también han obstruido su amor Ágape, pues si cada uno no ha evolucionado espiritualmente de forma individual y no ha fortalecido su interior, al unirse van a generar un vínculo desde el vacío afectivo. En consecuencia, se ejerce una pésima gestión emocional caracterizada por la competitividad, la soberbia y la manipulación para el dominio y control sobre el otro.

Para concluir, vale la pena enfatizar que la principal causa de una relación tóxica es la persona, como individuo, pues sus carencias emocionales son descargadas en el otro, ya que hay un grado de superficialidad y temor al cambio, se identifican allí los actores dañinos que perjudican con su energía la relación y los pasivos que son incapaces de salir de ella (Victima- victimario, juez-jurado y verdugo).
En definitiva, detrás de cada relación tóxica hay dos personas disfuncionales que necesitan conocerse a sí mismos y buscar una ayuda profesional con herramientas confiables como las consultas psicológicas, los programas de 12 pasos para codependientes y la asesoría de Coaching de Pareja, que ayudarán de forma eficiente a evaluar el propio interior. 

De esta manera, es posible, una vez identificados los defectos de carácter de cada uno, empezar a construir una relación de pareja sana, natural, vital y equilibrada.

Creado Por
Armando Martí
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