Creer que eres capaz de controlar todo te lleva a la ansiedad y a la tristeza, pero aceptar que no es así́, te conduce a la paz y al sosiego interior. Pretender que la vida se adapte sólo a nuestra voluntad es una invitación a la frustración. Vivir sin esperar descansa el alma.
Cada desafío de la vida afróntalo con decisión, constancia y disciplina personal, para que de ese modo tu mente, desde una nueva actitud pueda vencer temores e incertidumbres.
Deja de atormentarte por los afanes que te trae la vida. Permanece sereno ante cualquier circunstancia y elige ser dueño de ti mismo.
La ansiedad provoca muchas enfermedades. Los pensamientos y sentimientos negativos, al no ser expresados agravan sus síntomas. Elegir el dolor de ver tu realidad, cualquiera que sea, es mejor que el sufrimiento de no querer hacerlo.
El orgullo, el resentimiento, el ego, la ira y la terquedad son las emociones que más contribuyen a crear crisis de angustia.
El conflicto en tus relaciones ocurre cuando alguien decide por ti lo que debes definir por ti mismo. Al no darte la opción de tomar tus propias decisiones vas cayendo en la trampa de controlar al otro. Una de las causas de la ansiedad y el estrés, es el miedo a descubrir que dependes de la aprobación de los demás.
Soportar las cargas emocionales adversas, te impiden vivir plenamente y con libertad, la alegría, el amor, la creatividad y la paz del ahora. La energía reprimida, negada y no reconocida, es la base de tu prisión emocional.
Por eso, hoy debes pensar ¿en realidad qué quieres? Así puedes hacer que cualquier pensamiento y vibración disonante te dure sólo un instante, y que ese instante, no te afecte ni desequilibre todo el día.
Experimenta el momento presente, sin permitir que te invada la ansiedad de preocuparte por lo que dejaste de hacer en el pasado y lo que harás en el futuro.
Tranquilízate y llena de confianza tu interior, suelta tus problemas y entrégaselos a Dios, quien te dará las herramientas para confrontar, transformar y resolver los desafíos de la existencia diaria.
Reflexiones basadas en libro “Viajero Interior: Un camino simple hacia la serenidad personal”.