La intervención en Coaching está conquistando al mundo, pues es una nueva forma de gestionar con gran eficiencia los procesos de desarrollo humano tanto a nivel personal como a nivel empresarial.
Por eso, los propósitos del Coaching es el autoconocimiento y la realización personal, para lograr las metas y objetivos hacia un mejor proyecto de vida.
Esta tendencia adoptada inicialmente en países como Europa y Estados Unidos llegó hace varios años a Colombia y, está asociada con la necesidad de repotencializar los recursos internos tanto conscientes como inconscientes de las personas para alcanzar el bienestar integral.
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Durante este proceso de acompañamiento hacia el crecimiento interior, el Coach apoya la generación de reflexiones esenciales para el consultante, tales como: ¿Quién soy yo? ¿Qué es lo que realmente quiero? Y ¿Cómo lograrlo?
Los orígenes del Coaching
Se podría decir que su origen se remonta al filósofo ateniense Sócrates, nacido en el año 470 a.C y quien creó un método llamado “Mayéutica”, el cual, a través de la reflexión de preguntar y repreguntar, les permitía a sus discípulos escucharse a sí mismos para obtener respuestas que ya estaban en su interior.
En la época moderna, a partir de los años 70, el profesor de literatura y capitán del equipo de tenis de la Universidad de Harvard, Timothy Gallwey, descubrió que el principal bloqueo en el rendimiento de sus deportistas no sólo estaba en su cuerpo, sino también en sus emociones y en su mente que resultaron ser la causa principal del problema.
Este método fue escrito en su libro “El Juego Interior”, en donde expone que existe una actividad externa e interna en las acciones humanas y según como el jugador gestione su mente para superar los obstáculos emocionales, se verá reflejado en el resultado de ganar o perder en la situación que enfrenta.
La segunda corriente del Coaching estadounidense tuvo como pionero a Thomas Leonard, quien motivaba la autoestima hacia la acción y la superación de los desafíos con que la vida probaba a sus asesorados.
La tercera evolución de esta tendencia se originó en Sur América en cabeza de los chilenos Rafael Echeverría y Julio Olalla, donde descubrieron que las conversaciones y sobre todo escuchar al otro, habilitaba un mayor entendimiento y comunicación en nuestra vida. A este método se le conoce actualmente como Coach Ontológico y se basa en la escucha activa.
Posteriormente, se desarrollaron otras modalidades con enfoques en procesos de competencias blandas y talentos individuales, gestión e inteligencia emocional en ambientes laborales y comerciales que requieren de habilidades óptimas y eficaces para el desempeño empresarial.
Como vemos, el Coach ha tenido bases teóricas firmes a lo largo de su evolución. Por esta razón, no sería responsable ni cierto denominar la intervención en Coaching como una simple tendencia de moda.
Por eso, existen organizaciones internacionales tan serias como la ICF (International Coach Federation), con sede en los Estados Unidos y representación en nuestro país a través de la ICF Capítulo Colombia, en cabeza de su actual Presidente Gustavo Cárdenas y los miembros de su junta directiva.
Esta asociación desde hace 15 años ha tenido la misión - visión de: “ser parte de la comunidad global de Coaching y ha logrado que el Coaching sea parte integral de la sociedad donde los socios del capítulo representan la máxima calidad en el Coaching Profesional”.
Estos filtros y normas apoyados por los códigos de ética profesional garantizan la prestación de un servicio útil y eficaz para los asesorados, las empresas y las entidades que requieran de estas consultorías técnicas y profesionales.
Algunos de los objetivos básicos de la ICF son:
- Promover el arte, la ciencia y la práctica del Coaching profesional.
- Unir a sus socios en una comunidad de Coaching global.
- Establecer un código profesional ético y deontológico.
- Desarrollar un programa de certificaciones para Coaches reconocido internacionalmente.
- Fomentar y divulgar la investigación en Coaching.
- Establecer pautas para los programas acreditados de formación en Coaching.
- Organizar conferencias regionales e internacionales.
¿Qué es ser Coach?
El “Coach” es una persona que posee una sensibilidad especial, la cual está complementada con una formación integral y práctica como fruto de muchas horas de intervención en Coaching.
Esto lo faculta para desempeñarse en el arte de la escucha y el apoyo hacia sus asesorados, con el fin de caminar juntos en el proceso de descubrimiento interior y fortalecimiento del carácter, al igual que las habilidades para afrontar los desafíos de la vida.
De esta manera, el consultante logra la congruencia necesaria para diferenciar entre sus intenciones, pensamientos y acciones, superando los patrones de ilusión y autoengaño, causados por hábitos y comportamientos defensivos y destructivos.
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Asimismo, promueve un enfoque holístico desde la parte física hasta la mental, emocional y espiritual del asesorado, al descubrir las respuestas a sus inquietudes.
Es de anotar que la ICF ha jerarquizado la práctica y las competencias profesional de los diferentes Coach, los cuales recomienda a las empresas y a sus clientes: ACC (Coach Asociado) con más de 100 horas de intervención, PCC (Coach Profesional) con más de 500 horas de práctica y MCC (Máster Coach) con más de 2.500 horas de intervención.
El Coaching: un camino con propósito
1. El propósito del Coaching es construir una relación basada en la confianza, logrando la empatía entre el Coach y el Coachee (asesorado). El verdadero Coach sabe que, sin estas condiciones no debe hacerse cargo del caso.
2. El asesorado debe estar dispuesto a participar en el proceso de aprender, crecer y transformar sus conductas que hasta el momento han sido el mayor obstáculo.
3. El Coach sirve como un observador que aporta una nueva perspectiva al tema que se está tratando. Por tal motivo, un Coach proporciona información y comentarios sobre el comportamiento de su cliente y la situación especifica que se debe transformar, con el fin de promover nuevas formas de cambio para mejorar.
4. En la mayoría de las intervenciones de Coaching, el objetivo es orientar al asesorado hacia reconocer que es su propia programación mental la que le hace ver los problemas como obstáculos, cuando en realidad, son una oportunidad valiosa de aprendizaje hacia una nueva actitud de auto cuidado, economía emocional y bienestar integral.
5. En el proceso de Coaching, las dificultades del asesorado buscan ser aceptadas, erradicando de esta manera la culpa innecesaria y la vergüenza inmerecida. El objetivo central de las intervenciones en Coaching es generar herramientas y estrategias para reconocer aquellos patrones conscientes o inconscientes que limitan a las personas en la consecución de sus metas y objetivos, así como también, realizar un proyecto de vida coherente.
6. El Coach debe estar preparado para aplicar una variedad de habilidades profesionales tales como: escuchar, resignificar, confrontar y evaluar las necesidades específicas de su cliente. De esta forma, el Coach desempeña un papel de facilitador, guiando al Coachee a aprender mediante el uso de la retroalimentación y las preguntas reflexivas.
7. Como parte de su labor profesional, el Coach está plenamente presente y comprometido con el proceso consensuado con su cliente, quien va descubriendo en esta “arqueología interior” muchas de las respuestas que necesitaba entender para redefinir y transformar su vida.
8. La ética profesional es de vital importancia en el Coaching, pues es una forma de llegar a un buen puerto dentro de los acuerdos entre el Coach y el Coachee.
¿Qué no es el Coaching?
A continuación, trataré de clarificar algunos conceptos confusos que pueden inducir al error a algunas personas que deseen buscar ayuda por parte de un “Coach” carente de idoneidad.
1. El Coach no es un entrenador: antes bien aborda las necesidades de las personas, pues se centra en el contexto y las herramientas para superar los problemas.
2. El Coach no es un mentor: el mentor es un experto que de manera voluntaria ayuda a un principiante, sin ahondar en algunos ámbitos de la vida. Por el contrario, el Coach brinda un apoyo continuo, seguro y confidencial que tiene como objetivo fomentar un crecimiento personal, profesional e institucional, a través de un proceso que se desarrolla y mantiene en el tiempo.
3. El Coaching no es supervisión: un supervisor tiene la autoridad de dar dirección, cumpliendo un papel explícito en la determinación de la situación laboral de un subordinado o informando sobre el progreso y los problemas de una persona. Un Coach no lo hace.
4. El Coaching no es psicoterapia: un Coach utiliza muchas de las habilidades y estrategias de los terapeutas, pero teniendo en cuenta que la terapia se enfoca en la función psicológica del individuo, mientras que el Coaching se enfoca en el logro de metas profesionales y personales.
La terapia a menudo trata desequilibrios o patologías individuales, el Coaching se produce dentro de los límites de los problemas profesionales comunes. Por eso, es normal que sugieran ayuda adicional (médico psiquiátrica o psicológica) si las condiciones personales lo justifican.
La intervención de Coaching contribuye por medio de instrumentos humanísticos a que una crisis existencial o nerviosa no domine al asesorado, sino por el contrario, desde la orilla del autodescubrimiento, la inteligencia y el sentido común, pueda adaptarse y sobrevivir.
Existe una gran diferencia entre una Coach y un conferencista o tallerista. Por un lado, el primero centra su servicio de forma personalizada para escuchar y encontrar elementos trasformativos en el interior de su Coachee.
Mientras que, en el segundo caso, con relación a las conferencias o los talleres, estos no pueden ser personalizados y son más informativos, generales y con el uso de herramientas grupales. Sin duda, cada persona es un mundo y la intervención de Coaching así lo entiende.
Finalmente, es importante tener en cuenta que al momento de tomar decisiones de fondo o pretender ayudar a los demás, se deben ejercitar competencias internas tales como: la autoestima, la humildad, la conciencia presente, la compasión, la generosidad, la buena intención y la vocación de servicio. Estos aspectos no se improvisan, ya que es preferible confiar más en la sensatez, la prudencia y el sentido común, que en la propia suerte o el destino.
Como diría la famosa Máster Coach argentina y miembro de la ICF, Elena Espinal: “uno no lleva a una persona a donde nunca ha estado”.
*Asesoría de Gustavo Cárdenas, Presidente ICF Capítulo Colombia