Como una chiquilla en el gimnasio escolar: saltaba pupitres y se escondía entre ellos hasta que la encontraran. Por fin, sentada. Sus lentes caían rectos, la mirada distraída y las pupilas dispersas. Los ojos expresan muchos sentimientos. A su alrededor cuatro personas indiferentes -usual, nunca se dan cuenta de nada-. En forma sigilosa metió la mano y obtuvo un pequeño dispositivo de vaporeo: inhalo, no sabemos qué y conocía que esto estaba prohibido en lugares públicos y cerrados. Adivinemos: nicotina, marihuana u otros ingredientes que la transportarían lejos del sitio donde estaba. El 15 de mayo del 2024 fue publicada oficialmente la ley 2354 que regula el uso de cigarrillos electrónicos y vapeadores, extensión de la ley 1335 del 2009: ¿sabía esta chiquilla este reglamento? Presumo que sí. En Colombia la incidencia es alta, la población de 18-36 años se calcula en 45%.
Bogotá Caldas y Antioquia son los sitios más frecuentes de consumo según el Instituto Nacional de Salud. Una incidencia de enfermedades relacionadas con el vapeo: 245.Además,59 muertes es la cifra registrada. Aumento 25% entre los estudiantes, Datos paradójicos: Corea del Sur registra una disminución del uso del cigarrillo en 24.8% pero aumento en el uso de cigarrillos electrónicos en 6.3%. Los ingresos hablan: 6 millones dólares en el 2011;80 millones de dólares en el 2021 y 1.670 millón de dólares se estima para 2026.
Los vapeadores calientan un líquido interior hasta convertirlo en vapor. Los hay de diferentes tipos y su contenido varía desde la nicotina hasta el aceite de marihuana. Por otro lado, existen cigarrillos electrónicos recargables y de un solo uso que se desechan una vez consumidas la cantidad total de inhalaciones. Los dispositivos incluyen una batería para su activación, una fuente de calor que calienta un líquido, para convertirlo en un aerosol, también llamado erróneamente “vapor”. Un cartucho o depósito contiene el líquido y una boquilla o abertura se usa para inhalar el aerosol. Los cigarrillos electrónicos calientan y acrosolizan líquidos con propilenglicol o glicerol (humectantes) y sabores variados. Además, la cantidad de nicotina y otras sustancias químicas suministradas varía considerablemente según la composición real del líquido, los patrones de comportamiento del usuario y los factores relacionados con el dispositivo en sí.
No son inocuos. A largo plazo producen enfermedad pulmonar obstructiva, cáncer de pulmón y afecciones cardiovasculares. Más aun, algunas empresas fueron sancionadas por carecer de las advertencias en sus empaques sobre la morbimortalidad. La mayoría de los cigarrillos electrónicos contienen nicotina. El humo de la combustión del tabaco contiene alquitrán y este es el responsable de las lesiones cancerosas.
Están llenos de tóxicos: propilenglicol produce irritación de la vía respiratoria y la aspiración de glicerina neumonía intersticial. Es paradójico lo que conseguimos: se inventaron para que los adultos dejaran de fumar y termino creando una nueva generación de vapeadores, con mayores daños para la salud humana. El vapeo es un grave riesgo de salud pública. Algunos estudios ya han identificado más de una veintena, además de la nicotina, con claros efectos adversos sobre la salud. Y la lista no está cerrada porque cada semana aparecen nuevos estudios relacionados con el vapeo. Sabemos que los cerebros en formación o desarrollo, como el de los adolescentes, son más vulnerable y susceptible a la nicotina del vapeo y se ha visto también que la inducción la marihuana es casi automática: esta lesiona los procesados cognitivos del cerebro. Tienen los que vapean 30% más probabilidades de empezar a fumar y lesionar el desarrollo de su cerebro.
Hay cifras preocupantes como la incidencia de problemas pulmonares graves, y la carencia de estudios serios nos muestran dónde estamos hoy. El mercado negro ha abierto la puerta a aditivos desconocidos y potencialmente peligrosos en aquellos donde la marihuana sigue siendo ilegal. Siempre se pensó que el vapeo era menos dañino que la marihuana quemada y esta equivocación ha causado problemas colectivos de salud. Los casos recientes de neumonía en pacientes jóvenes con antecedentes de vapeo ha generado además del estudio, investigaciones en cadena, buscando sustancias toxicas como la glicerina vegetal.
Vapear deteriora el sistema nervioso en fetos, niños, adolescentes y adultos. No vale la pena exponerse.
Diptongo: Vapeo: falsa percepción de seguridad.