Por las condiciones propias en las que el mundo hoy camina, la Declaración Universal de los Derechos Humanos es igual o más importante para la humanidad, que cuando fue adoptada por la ONU, el 10 de diciembre de 1948 por la experiencia vivida en la segunda guerra mundial.
Si algo nos ha enseñado la historia después de esa fecha, es que los derechos humanos son una cuestión de liderazgo y que las empresas, grandes o pequeñas, tienen mucho que aportar en este sentido, y además cuentan con una importante cantidad de obligaciones que cumplir para defenderlos.
En el día a día, las organizaciones privadas toman decisiones que tienen el poder de poner en peligro o proteger la salud, la seguridad y el desarrollo de sus empleados. Todas deben asumir la responsabilidad de conocer, declarar su compromiso y actuar a favor de los DDHH.
Cada uno de los empresarios nacionales debe saber que en junio de 2011 se presentaron al mundo los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos.
Estos principios, además de ser un mapa para la acción de las organizaciones, definieron los parámetros para que los estados y las empresas establezcan sus políticas, normas y procesos en función de sus respectivas responsabilidades y circunstancias particulares.
El Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBSCD por sus siglas en inglés) trabaja con las empresas más representativas de todos los países en su implementación. En Colombia, este trabajo lo lidera Cecodes, su capítulo colombiano, el cual desarrolla una estrategia para que los empresarios los conozcan, respeten y lo más importante, los apliquen de manera estratégica.
En 2021, con su estudio “Panorama de DDHH y empresas en Colombia”, el Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible, Cecodes, fue pionero en el país en establecer una línea base para conocer la realidad de nuestra empresa privada en este tema.
El ejercicio determinó que los aspectos más relevantes asociados con los derechos humanos por las organizaciones se referían a problemáticas en cuestiones de género, oportunidades, discriminación en el lugar de trabajo, y contaminación o degradación ambiental que impacta directamente a los trabajadores y/o comunidades.
Gracias a los resultados obtenidos, muchas empresas comenzaron y siguen trabajando, individualmente y en conjunto, con el fin de identificar, dar posibles soluciones y mantenerlas vigentes frente a los desafíos encontrados.
Por las anteriores razones, es muy importante que Cecodes haya anunciado la presentación durante el próximo 25 de julio de la segunda versión de este documento. Esto es un aporte más que significativo a la realidad empresarial de nuestro país.
Así se demuestra que el respeto por los DDHH tiene que ser además uno de los ejes centrales en las estrategias corporativas en cualquier sector de la economía. La Agenda 2030 está estrechamente relacionada con ellos y evitar que su desconocimiento impacte de manera negativa en la cadena de valor y en los grupos de interés, se convierte en una importante contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Recordemos que, a pesar de haber logrado grandes avances en ámbitos como los derechos laborales, los derechos de la mujer o los derechos del niño, aún queda mucho camino por recorrer.
La sostenibilidad y los derechos humanos no son excluyentes. Su defensa y promoción debe ser un fin colectivo que supone solidez en el trabajo mancomunado, pero también de una transversalidad interna en las compañías y así, con seguridad, lo demostrará la versión 2.0 de este documento.
Las compañías nunca deben competir en materias como sostenibilidad y derechos humanos. Las alianzas y los foros de aprendizaje son herramientas de encuentro entre las empresas, los gobiernos y las organizaciones internacionales, y así lo sigue demostrando Cecodes.
Bienvenida la segunda versión del estudio “Panorama de DDHH y empresas” de este centro de pensamiento. Mucho bien le hacen este tipo de iniciativas a nuestro país.