El pueblo colombiano se pronunció sin ambigüedades en un cambio profundo en todos los órdenes de la vida nacional. El pasado domingo 29 de mayo, el electorado rechazó el continuismo y condenó a Iván Duque por sumir el país en situación de hambre, pobreza, desinstitucionalización e inseguridad. También, el pueblo se manifestó en contra de los partidos tradicionales, de la injerencia de los expresidentes; de los políticos y en contra de su perpetuación en el poder mediante la corrupción, la compra de votos y la manipulación de los electores.
Desde el Nuevo Liberalismo fuimos fieles a nuestra palabra y acompañamos a la Coalición Centro Esperanza y a Sergio Fajardo, a quien consideramos la mejor opción para gobernar a nuestro país. Ahora, luego de la primera vuelta presidencial, no podemos ser pasivos, escondernos o mostrar una indiferencia que equivaldría a una irresponsabilidad. Desde este momento, como fuerza democrática, asumimos el compromiso que exige este momento histórico de orientar al país y a nuestros copartidarios por el camino de la democracia.
Todas las fuerzas ciudadanas del Nuevo Liberalismo hemos convocado a los dos candidatos que disputarán en segunda vuelta la enorme responsabilidad y el honor de gobernar a los colombianos, a un diálogo honesto, sin afán burocrático y sin máscaras en torno a cinco puntos clave para nuestro país.
Primero, cómo van a lograr una Colombia con hambre cero y en la que la inflación no siga destruyendo la economía de las familias colombianas y su derecho a vivir dignamente. Segundo, cómo van a garantizar la seguridad de todos los colombianos, tanto en las ciudades como en el campo; y si están dispuestos a una nueva política integral de drogas con un amplio diálogo internacional para poner fin a la guerra contra las drogas. Tercero, cómo van a poner en marcha una política ambiental que materialice la necesidad de protección de nuestros ecosistemas de manera integral, sin poner en juego el desarrollo económico y social que puede brindar un aprovechamiento sostenible de nuestros recursos naturales. Cuarto, qué reforma a la justicia van a impulsar para disminuir los enormes niveles de impunidad y corrupción que sufre el pueblo colombiano. Y, quinto, cuál es su compromiso con la descentralización y el impulso a la autonomía de los municipios para que puedan tener más recursos para poder llevar bienestar y desarrollo social a sus comunidades.
Nuestro compromiso será con quien entienda que no basta con la retórica que gana elecciones, sino que se requiere, además, definir cómo y de qué manera, siempre en un sentido democrático, se va a gobernar a Colombia