Entender el comportamiento del electorado colombiano, es comprender sus emociones y razones que impulsaron a más de 21 millones de sufragantes, usar su voto para entregar un mensaje sin precedentes en nuestra historia.
¿Qué pasa por la cabeza del votante en Colombia? Aquí intentaré entregar argumentos para acercarnos a lo que llevó a los electores escoger las dos opciones que se disputarán la presidencia el próximo domingo 19 de junio. Y lo que puede pasar ese día.
Primero, aceptemos lo que ocurrió. Algunos columnistas, periodistas y otras personalidades de la opinión, califican al país como ignorante, bruto, sin educación y hasta el extremo de afirmar que llegan a las urnas con una venda en los ojos. No hay que insultar, sino interpretar.
Las masas solitarias hablaron en varios sentidos. Hay mucho cansancio, aburrimiento de lo mismo, estamos frente a una sociedad agotada, en definitiva, la paciencia personal y colectiva llegó a su fin. La gente quiere algo distinto y lo va a elegir.
Los retos cotidianos son cada vez superiores. El mismo Dane los reconoce en sus encuestas, un alto porcentaje de la población no puede consumir tres comidas al día, nos golpea una inflación descarada y las opciones de empleos son esquivas y fugaces.
El domingo 19 de junio, habrá una decisión irrevocable. El monopolio traducido en millones de votos, cambiará el estado de las cosas en la política nuestra, para mejorar o empeorar, eso estará por verse en los próximos cuatro años. Cuando algo se estrena, sus efectos se conocerán después.
No tenemos un presente inventado. Las quejas son generalizadas, constantes y la presión socioeconómica arrincona a un sinnúmero de hogares y éstos se transforman en decisiones. El ómicron social es muy contagioso y los colombianos tendrán dos vacunas para aplicarse en la segunda vuelta presidencial.
En cada voto del ciudadano, hay un convencimiento profundo de lo que desea para su nación. No hay marcha atrás, hay dos candidatos que son todo lo opuesto a lo tradicional. Se trata de ganar o perder el futuro, ante un presente incómodo.